*México desigual e improductivo

Cada vez escuchamos con mayor frecuencia que en nuestro país nos hemos ido acostumbrando de manera incomprensible a lo intolerable; lo mismo pasamos de frente ante las necesidades de un vagabundo, que a las agresiones que sufra una mujer o un anciano, y lejos de mortificarnos nos chocan los mendigos y ya ni nos importan los asesinatos o los fallecidos del día, sea por crimen o enfermedad.

Seguirse preguntando ¿qué fue primero el huevo o la gallina?, ¿la miseria, la pobreza, la desigualdad, el acaparamiento o las riquezas desmedidas, los palacios, las mansiones, los súper ranchos y las fortunas muy explicables de algunas familias y ciertos magnates?, es continuar con discusiones tan bizantinas como perversas que en este régimen solo han servido para fomentar la confrontación y la división entre los “santos pobres” ultra jodidos y los perversos ricos indolentes, racistas, conservadores, aspiracionistas y jijos de la… con los resultados de ingobernabilidad, crimen sin castigo, nulo crecimiento e incertidumbre generalizada.

Para no perder el tiempo, permítame recordarle el escenario que recién presentó el doctor Mario López Roldán sobre nuestro país: “México es uno de los países más desiguales del mundo. De acuerdo con el World Inequality Report 2022, el 10% más rico de los receptores de ingresos en México gana 30 veces más de lo que percibe el 50% que menos gana. En patrimonio, el 10% más rico de la población tiene cerca del 80% de la riqueza del país.”*

Con esos datos creo que resulta por demás ocioso seguir debatiendo el por qué atravesamos las crisis y bandazos en materia económica y política desde principios del siglo XIX, tiempos del Barón Alexander Von Humboldt, quien fue muy claro en su célebre ““Ensayo Político sobre el reino de Nueva España”, donde calificó a la capital  como la Ciudad de los Palacios, y más preciso aún al calificar a México como el país más desigual del mundo.

Pero si lo ya señalado le resulta muy común, también le referiré lo que López Roldán destaca: “México es el país de la OCDE en donde más se trabaja. Es decir, en donde se laboran más horas al año, con un registro de más de 2,100 horas anuales por trabajador (el promedio OCDE es de 1,700). También, es el país de la OCDE con las jornadas laborales más largas, con cerca de un 30% de los trabajadores reportando jornadas de más de 50 horas a la semana, y el país con menos días de vacaciones pagadas al año, con un mínimo de 6 días anuales (en contraste con 20-25 días en la mayor parte de los países OCDE). A pesar de este esfuerzo, México tiene uno de los niveles más bajos de productividad de la OCDE. También tiene niveles bajos de crecimiento económico y crecimiento potencial”*.

Y a pesar de los números (siempre cambiantes) de la popularidad de los gobernantes en México o donde quiera, según otros analistas es la falta de confianza y yo me atrevería a adicionar la falta de credibilidad en los gobiernos, lo que deteriora el clima económico en Latinoamérica.

De acuerdo con información obtenida por Isabella Cota** de la Fundación Getulio Vargas, (FVG), la cual realizó una encuesta entre especialistas de las 10 economías más grandes, “los economistas latinoamericanos identificaron sus tres máximas preocupaciones, en este orden: la falta de innovación, la política económica del Gobierno y la corrupción”**.

Y para comprobar lo anterior le presentaré los siguientes datos que considero verdaderamente importantes: según el análisis de la FVG: “muestra que, entre enero y abril de este año, la confianza se deterioró más en Argentina (-42%), seguido de Chile (-36%), Ecuador (-23%), Paraguay (-20%), Perú ( -19%), México (-19%), Colombia (-13%) y Bolivia (-8%). En resumen, sentencia el reporte, “el empeoramiento en la valoración de las expectativas domina los resultados del clima económico”**.

Si a lo anterior como ya hemos dicho en otras ocasiones, debido al hartazgo de la población que nomás no termina de ver clara su situación vital y económica le aplica correctivos a los gobiernos vigentes, no es de extrañar que Colombia, México, Ecuador, Brasil, Chile y Perú, hayan echado a sus gobiernos anteriores para elegir otras opciones supuestamente de izquierdas, con la esperanza de mejorar algo su condición. Pero si sumamos los bandazos de los gobiernos y sus políticas económicas y comerciales, muchas veces producto de la improvisación y como forma de consolidación de las simpatías populares, es que se abandonan, descuidan o anulan proyectos de largo plazo como la educación, salud, energía y otros  que son los que efectivamente pueden coadyuvar a superar el estancamiento y la desigualdad.

Ante la precisión de los conceptos permítame nuevamente citar al doctor López Roldán y presentar lo que él considera los obstáculos al crecimiento: “las grandes desigualdades se traducen en obstáculos al crecimiento y la productividad. Por ejemplo, en acceso al crédito, educación financiera, participación laboral de la mujer, conectividad digital, acceso a investigación y desarrollo, infraestructura. Las grandes desigualdades en estos campos limitan la capacidad de crecimiento económico sostenible de México y favorecen la informalidad, la corrupción, el crimen organizado y la inseguridad, afectando también el tejido social, la confianza y la inversión”*.

“Por ello, es crucial apoyar los esfuerzos del Gobierno para terminar con las desigualdades excesivas que tanto frenan a México. Los programas para atender la pobreza y de transferencia condicionada de recursos son necesarios, pero no suficientes. México requiere de un ambicioso paquete de reformas para la inclusión en materia fiscal, educativa, de protección social, de empoderamiento económico de la mujer, de competencia y de inclusión digital”*.

“Estas reformas pueden ayudar a romper el círculo vicioso que tiene atrapado a México (alta desigualdad – baja productividad/crecimiento – más desigualdad). Sobre todo, si va acompañado de políticas para desmantelar barreras al comercio y la inversión, una estrategia nacional de anticorrupción y una alianza empresarial para el crecimiento incluyente”*.

Ojalá algo de esto llegue a alguien con tantito amor por este país.

Esperemos no caer en lo que algunos especialistas califican a estos 20, que de fabulosos no tienen nada; como la Década Perdida.

¿Sembrando arbolitos, quemando petróleo y carbón, vendiendo tlayudas y tamales, sumando muertos por el crimen enloquecido y la enfermedad, haciendo rifas, así como invocando a Dios con estampitas y mandando al carajo los centros de investigación y a los especialistas en ciencias vamos a salir de la desgracia?

*https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Las-desigualdades-El-gran-freno-de-Mexico-20220619-0008.html **https://elpais.com/america/economia/2022-06-12/la-falta-de-confianza-en-los-gobiernos-deteriora-el-clima-economico-en-latinoamerica.html

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