*Democracia electoral

Si, la democracia matemática es la lista de electores, entonces, por qué existen conflictos y exclusión; en consecuencia, no se respeta al ciudadano ni a las comunidades indígenas, a los trabajadores en sus formas de pensar y creer; en sus formas de participación y representación para la toma de decisiones que le afecta la vida, la vida misma.

Una definición de democracia es la que ofrece Abraham Lincoln, decimosexto presidente de los Estados Unidos, republicano, en su discurso en Gettysburg, Pennsylvania, el 19 de noviembre de 1863, al final del texto señala “...bajo la protección de Dios, renazca a la libertad y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparezca jamás de la faz de la tierra”.

Desde la Antigua Grecia la democracia, del griego “diemos”, pueblo, y “kratos” autoridad, se define también como “doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno” y el modo por el cual el pueblo interviene en un gobierno es a través del voto.

¿Ante la nueva situación del capitalismo mundial y la globalización, podemos hablar todavía del pueblo?, por supuesto que sí, el pueblo no desaparece como arte de magia, si desaparece el pueblo desaparece la democracia, no es una fórmula matemática, es un concepto más amplio; es decir, la lista nominal de electores, no es el pueblo, es una fracción del pueblo; es articular la unidad en la diversidad y el pluralismo en una combinación de variables para alcanzar la democracia del pueblo; el gobierno del pueblo, es redefinir la lucha de clases, las luchas de la liberación y la lucha por la democracia.

Señala Aristóteles, famoso filósofo griego, la ciudad existe por naturaleza y que el hombre es un animal político, que vive en comunidad, que vive en el pueblo.

“Así, pues, cuando el hombre llega a la perfección, es el mejor de los animales; también, es el peor de todos, cuando está divorciado de la ley y la justicia. Y resulta también, que por naturaleza, el hombre que carece de ciudad, no respeta la ley ni tiene hogar, es amante de la guerra”. El que no tiene pueblo o esta desvinculado del pueblo, es amante de la guerra.

“Por lo mismo, la injusticia más aborrecible, es la que tiene armas; ahora bien, el hombre, dotado de armas, que han de emplear en servicio de la sabiduría y la virtud, puede usarlas para lo contrario”. Este es el gobierno, hombres separados de la sociedad y dotados de armas, son los más salvajes.

Por supuesto, el pueblo no es homogéneo, único; está conformado por una variedad de grupos, sociales, políticos, económicos y culturales; el pueblo, señala el filósofo alemán Jürgen Habermas es plural, donde son considerados los excluidos, señala el teórico político argentino postmarxista Ernesto Laclau.

La pluralidad democrática son diversas formas de ver, sentir y hacer la democracia; es construir la propia democracia como un proyecto de vida, un diálogo abierto, permanente, con las diferentes corrientes políticas; dentro de un contexto democrático en las diversas circunstancias y ambiente histórico; atender los problemas y dar respuestas diferentes en la diversidad dentro de la unidad.

Por ello, el artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente señala: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. Por ello, se realizan elecciones.

Entonces, la democracia como gobierno del pueblo en el contexto internacional y global, propone fortalecer un Estado democrático, con una sociedad participativa, con un proyecto de desarrollo nacional, en el que identifique claramente que la seguridad no promueve el desarrollo.

Por lo que, en la democracia, que es gobierno del pueblo, nadie se puede apropiar de la democracia ni evitar la existencia del derecho de hacer resistencia a ella cuando existe un proyecto no personal.

En consecuencia, el desarrollo democrático de un país se detiene por la violencia y por existir políticos sin espíritu democrático, se observan actitudes y conductas políticas que caen en irresponsabilidad al intentar evitar los cambios y reventar acuerdos políticos para detener la velocidad democrática que lleve a México a ser potencia mundial. Dialogo no es negociación.

Es el momento, de conservar la llama democrática que recorre a gran velocidad por el mundo. Las reformas se pueden realizar con política creativa para construir el México democrático de Primer Mundo, tenemos, nuestra oportunidad histórica de tomar en cuenta al pueblo. Los gobernantes deben recordar la expresión famosa en latín: vox populi, vox Dei.

Sin perder el punto de vista, que la libertad es un don tan apreciado como la vida, un ciudadano no puede atentar contra la libertad de terceras personas, éste es un principio básico, pero tampoco pueden existir grupos políticos y elementos policiacos que violen la Constitución, derechos humanos y atenten contra la libertad de otros.

El pueblo tiene memoria, construye su propio relato y muestra su músculo en cada proceso electoral. Sabe mirarle a los ojos al diablo y conoce su fuerza ante una clase gobernante corrupta y asesina; sabe, que si no demuestra su poder no merece respeto ni dignidad, no se le tiene piedad quien no demuestra su poder. ¿Qué pasará si existe nuevamente fraude electoral?

Cada partido instalará su centro de cómputo, porque existe desconfianza sobre los resultados electorales y marca las protestas que desplegarán las fuerzas políticas para defender sus supuestos votos obtenidos en las urnas electorales.

Esta es la historia, esta es su historia, ganar las elecciones en los tribunales electorales con averiguaciones previas y actas circunstanciadas, y no en las urnas; cometer trampas, chantajes, hacer acusaciones infundadas, no respetar el voto en las urnas; esto, sin duda daña a los partidos y a la democracia, solo crean una mayor desconfianza en los procesos electorales.

Si en el pasado les funcionó ahora no es adecuado. Habrá guerra de datos electorales por parte de los dirigentes de los partidos políticos tanto nacionales como locales, cada uno manejará su información electoral, ciertos o ficticios, cumplen su papel, están en su papel, parte de la democracia electoral.

*Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,

Universidad Nacional Autónoma de México.

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