*La oposición y sus guerras de rencores y venganzas

Por muchos años en México, partidos políticos como el PRI y el PAN se fortalecieron a partir del desgaste de sus enemigos, que no adversarios, la renovación y la autocrítica interna estuvieron dejadas a un lado ante la consigna de pulverizar a los demás, y peor aún, antes que trabajar para afianzar y conseguir adeptos o reformar programas de políticas públicas.

Mientras poseyeron el poder, desgastar al enemigo político podía realizarse con mayor facilidad, sobre todo cuando partido y gobierno eran uno solo, como ocurrió en nuestro país en tiempos del PRI y el PAN, donde se formaron estructuras antidemocráticas desde la cúpula que se fundían para gobernar y detentar esas prácticas, que hoy las siguen mostrando, pero desde la trinchera de la oposición, con el apoyo cada vez más claro y más fuerte de un sector dueño del dinero, y de hoy, vergonzosos miembros de la intelectualidad y la  prensa nacional.

 Lo que en un tiempo se pensó, que el pluripartidismo recobraba una visión aparente de democracia, la pluralidad del pensamiento se estancó en la defensa y ofensiva en contra de los enemigos políticos, que se extendió en la lucha electoral con un desgaste permanente, que perdura hasta estos momentos y que nada tiene que ver con la democracia y los valores de nuestra idiosincrasia.

Recordemos lo que ocurrió en Mayo de 2006, cuando Jorge Emilio González, fundador y dueño del Partido Verde Ecologista de México PVEM, declaró públicamente que el entonces Presidente de México, de nombre Vicente Fox Quezada, le pidió que rompiera su alianza con Roberto Madrazo Pintado del PRI, y se aliara con Felipe Calderón Hinojosa, hoy innombrable, y así evitar a toda costa que Andrés Manuel López Obrador, entonces del Partido de la Revolución Democrática PRD, llegase a la Presidencia de la República, esto fue un ejemplo de ello.

Así fueron esas acciones, y hoy nos llevan asegurar que estamos nuevamente viviendo esos momentos políticos, con algunas diferencias y circunstancias, cuando el fin es el mismo, pulverizar a quien piensa y actúa diferente a lo que se estableció y que fue mostrado por quienes detentaron el poder político y económico, los gobiernos corruptos del PRI y del PAN y sus aliados, quienes ya han sido reprobados en nuestra historia, más no olvidados.

Y esas intenciones de los clanes de derecha y ultraderecha de querer recuperar nuevamente lo perdido, es necesario que sean detenidas, con una renovada vitalidad e intenciones de los dirigentes políticos, militantes y simpatizantes del partido en el poder, para ampliar y confirmar el fin del movimiento de regeneración del país, que es entre otras cosas, acortar la desigualdad social y acabar con la corrupción, cuándo a toda costa, sea tergiversando o inventando hechos o acciones los de la oposición tratan de provocar el descontento social con la posibilidad de que se llegue a desconfiar de quien los gobierna actualmente.

Los políticos que dirigen a la oposición, sus aliados que ostentan el dinero, y aún más, quienes se han unido abiertamente ahora a ellos, en donde se enlistan intelectuales y periodistas, algunos autonombrados disque líderes de opinión, y otros tantos que se les levantó la canasta, y que ahora todos ellos cuentan los suceso alejados de toda ética, veracidad y plena objetividad, están en una verdadera guerra de rencores y venganzas, de exterminio y prepotencia que imponen desde una arena que en nada los dignifica, a pesar de que han buscado la polarización de un sector de la sociedad, sin ganancia verdadera.

El constante desgaste que se provocan quienes desean que la vida nacional regresar al pasado, en su lucha por descalificar a su oponente político más fuerte, llamado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, no tiene fin, y cada vez se aferran más, sin que lleguen a comprender que la voluntad popular se obtiene cuando los ciudadanos, no son robados, minimizados o despreciados, y sobremanera, si son tomados en cuenta en los programas sociales como uno de los fines de gobierno. El bien común.

Las acciones para aniquilar y tratar de pulverizar al adversario político, fuera de urnas, sólo han conducido a enfrentamientos que en lugar de ponderar la ideología y la razón, contienen odio, pasión y consignas personales que tratan de empañan la imagen de quien ahora gobierna el país. Pero el 10 de abril de 2022, la oposición con aliados y simpatizantes tendrán la oportunidad de revocar el mandato del Presidente en turno. La ocasión, la pintan calva. Mientras tanto, así van las cosas, que no van bien. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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