*Una paz difícil de alcanzar

El presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró optimista sobre la realización de la cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong Un, menos de 24 horas después de haber cancelado la cita del 12 de junio en Singapur. "Ellos realmente quieren hacerla. Nosotros queremos hacerla". La cita entre Kim y Trump podría ser la primera entre los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte tras casi 70 años de confrontación iniciada con la Guerra de Corea (1950-1953).

Sin duda ha sido vertiginosa esta historia. Apenas el pasado 22 de mayo Trump manejó la versión sobre una posible cancelación de este encuentro.

El Pentágono había impulsado la idea de que la desnuclearización tenía que ser unilateral. Pyongyang rechazó los términos planteados por la Casa Blanca, de forma abrupta cortó el diálogo con Corea del Sur. Dejando en claro que Corea del Norte no teme a un enfrentamiento nuclear con Estados Unidos.

En este contexto, Washington salía mal parado. El mandatario estadounidense trató de disimular el fracaso y no descartó que en algún momento logre el encuentro. Aunque no pudo ocultar su enojo y responsabilizó de la fallida reunión a la presión de China sobre Corea del Norte.

Pekín y Pyongyang jugaron con los tiempos electorales de Estados Unidos; entre más se acerca el proceso electoral de noviembre, el republicano tendrá menos margen para negociar ante los chinos con los que discute el déficit comercial que tiene con esa nación. De igual forma deberá garantizar a Kim que no aplicará el modelo libio. (Como se conoce al acuerdo firmado en el 2003 con Libia para la eliminación de su arsenal nuclear. Sin embargo, al final el líder libio Muamar el Gadafi terminó asesinado en el 2011).

El promotor de este término fue del vicepresidente estadounidense Mike Pence en una entrevista televisiva. La vicecanciller norcoreana de Relaciones Exteriores, Choe Son-hui, se quejó de sus palabras y lo califico de estúpido.

Ahora bien, si hoy todavía se habla de una posible reunión en Singapur el 12 de junio, es porque los norcoreanos cumplieran su palabra de desmantelar su sitio de pruebas nucleares de Punggye-ri , (esto era una de las bases para llegar a un acuerdo con Estados Unidos). Ahí desde el 2006 se realizaron seis pruebas nucleares gracias a un sistema de túneles excavados debajo de la montaña Mantap. Existen versiones de que parte de las instalaciones colapsaron ocho minutos y medio después de la prueba del pasado el 3 de septiembre de 2017, provocando un derrumbe casi vertical en dirección al centro de pruebas.

Por lo pronto los acuerdos entre Seúl y Pyongyang continúan siendo vigentes. Recordemos que suspendieron la emisión de propaganda en su frontera y se habían alineado a la misma franja horaria como muestra de avance en el diálogo que tuvieron los gobernantes Kim y Moon el 27 de abril. También acordaron lo siguiente.

  • Convertir la zona desmilitarizada que divide al país en una zona de paz.
  • promover una reducción de armas en la región a la espera de la relajación de la tensión militar.
  • Impulsar negociaciones a cuatro bandas en las que participarían las dos Coreas, Estados Unidos y China.
  • Organizar una reunión con familias divididas por la guerra.
  • Lograr la conexión y modernización de ferrocarriles y carreteras a través de la frontera.
  • Impulsar una mayor participación conjunta en eventos deportivos.

El encuentro entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, puede lograrse, pero para alcanzar la paz, se necesita tiempo, tanto en términos de generar confianza entre Estados Unidos y RPDC, así como planear un mecanismo que permita la desnuclearización de la península.