*Las otras ligas de Bejarano

Se hizo famoso, cómo no iba a ser si lo pillaron, lo filmaron, lo cacharon, lo exhibieron ajustando las ligas a paquetes de efectivo que luego guardaba en su portafolio.

El político, sumamente capaz, sufrió el ostracismo de la vida pública por su innegable falta. Los videos en donde lo inculpaban a él y a Carlos Imaz, entonces esposo de Claudia Sheinbaum, se hicieron “virales”, se armó un verdadero escándalo que cimbró la política nacional.

¿Qué ocurrió además del linchamiento mediático de estos dos personajes? Nada, absolutamente nada. Todo siguió igual.

Nadie analizó para quién era ese dinero. Nadie preguntó en que se iba a utilizar semejante cantidad de efectivo. Nunca se analizó si los demás partidos políticos tenían las mismas prácticas para hacerse de recursos para las campañas. 

Nos conformaron con destazar a Imaz y a Bejarano en red nacional y con meter a la cárcel al empresario Ahumada que entregó el efectivo. Del destino del dinero y las causas de semejante empeño, nada se habló.

¿Únicamente Bejarano e Imaz lo hacían? ¿Fue un caso aislado?

El efectivo, indudablemente, lo utilizó el PRD en la época del gobierno capitalino de Andrés Manuel para prácticamente tapizar de publicidad electoral al entonces DF y arrasar en las elecciones intermedias quedándose con prácticamente toda la Asamblea Legislativa del DF.

En el primer trienio de su mandato sexenal López Obrador tuvo una Asamblea en contra y se dedicó a gobernar por medio de “bandos” especie de órdenes directas que le dan la vuelta a las restricciones parlamentarias.

Gracias a los enormes recursos invertidos y a la sagacidad y audacia política, el PRD, entonces presidido por Rosario Robles, que tuvo una relación amorosa con el empresario Ahumada, arrasó en la Asamblea del DF. Andrés Manuel pudo gobernar a su antojo, ya no tenía a la Asamblea encima de él.

¿Hubo más gente del PRD, hoy MORENA, que realizó semejantes acciones? Por supuesto que es más que probable. ¿Los del PRI, o los del PAN, o de Movimiento Ciudadano, o del PT, o del Verde, o de Nueva Alianza, o de cualquier otro partido, habrán llevado a cabo acciones semejantes? Podemos afirmarlo sin la menor duda. ¿Por qué? Porque las campañas políticas son muy costosas, se gasta más de diez veces lo autorizado por la autoridad electoral y hay que conseguir el “efectivo” de donde se pueda.

“Es cosa juzgada” argumenta René Bejarano ahora que ha vuelto a la escena política formando la asociación “Movimiento Nacional por la Esperanza” en pro de MORENA. Yo creo que la cosa no ha sido juzgada, únicamente lo lincharon y eso, no es justicia.

Justicia sería investigar al sistema político en su conjunto. Todos los mítines cuestan dinero, la publicidad cuesta dinero, que los periodistas hablen de ti cuesta dinero, que los periodistas hablen bien de ti cuesta dinero, pagar asesores cuesta dinero.

Las campañas políticas son el origen de la corrupción ya que para ganar el poder se requiere llevar a cabo costosísimas campañas políticas y los recursos que se consiguen para las campañas luego hay que retribuirlos vía sobreprecio de obras públicas o en canonjías inconfesables. El político busca asegurar por encima de todo ganar y conservar el poder y eso cuesta mucho dinero.

Para juzgar la cosa hay que analizar todos los factores y a todos los actores. Solo linchar al que atraparon con las manos en la maza, con paquetes de efectivo bien ligados, no es hacer justicia, es distraer a la población con el perverso circo del escarnio. Hay que analizar bien, con lupa, todas las otras ligas.

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