*Nuevo aeropuerto un hoyo negro

El 1 de septiembre Salvador García Soto publicó en su columna “Serpientes y escaleras”, en El Universal, con el título “Nuevo aeropuerto: Slim dijo no”, que AMLO les había ofrecido a los “empresarios y constructores más ricos del país”, que entiendo son los mismos que están engordando sus carteras con las obras en el NAICM, que continuaran y terminaran la obra y la operaran bajo el régimen de concesión.

Es decir, que ellos se encargaran de terminar de construir la obra con sus propios recursos y a cambio se podían quedar administrando el aeropuerto como una concesión. A lo que se negaron.

García Soto también publicó la razón, que los empresarios aclararon, sin pena ni pudor: “Que su mantenimiento será demasiado costoso”. Con lo que aceptan que el NAICM es un elefante blanco del tipo hoyo negro. Que el mantenimiento que va a necesitar para poder operar está por encima de lo razonable. Que es demencial.

Una propaganda sostenía que el NAICM “va a ser” un gran negociazo para el país. Lo que, según García Soto, Slim niega y reconoce que el gran negociazo es para los que lo están construyendo, pero no para el cliente, la sociedad mexicana. Lo que lo hace negocio es la condición de que se construya con recursos públicos, porque con el dinero de ellos es incosteable.

Otra propaganda propaló que es una gran necesidad inevitable e impostergable. Como quien dice que no había de otra. Que a fuerzas teníamos que comprar un hoyo negro y meternos en un gran problema, porque si no nos empinábamos, nos iba a ir peor. Lo que exhibe que mientras no se solucione el problema de la inteligencia o moral de los que toman decisiones en este país, no vamos a poder salir del hoyo ni avanzar. Y vamos a tener que seguir chapoteando en problemas y complicaciones cada vez peores.

Según García Soto, esa negativa, o quizá mejor, lo que revela esa negativa, es la razón que motivó la “consulta popular”. Lo que expone una situación muy interesante que va a revelar mucho del futuro presidente.

La decisión solo tiene dos posibilidades. Se continúa construyendo el hoyo negro y se asumen las consecuencias de operar un aeropuerto caro e incosteable. O se detiene la obra y se asumen los costos hechos y los de incumplir compromisos amarrados.

La decisión lógica se reduce a unas cuentas matemáticas. Ya que se puede calcular la fecha en la que se cruzan las curvas de los costos de las alternativas. Una resulta de tirar lo gastado hasta ahora y pagar parte de los compromisos incumplidos. Y la otra de seguir echándole dinero bueno al malo para construir un hoyo negro que ya terminado va a devorar recursos públicos en vez de retribuir y cuya suma de gastos, en el mediano plazo va a superar el costo de reconocer el error y recular, con el agravante de una renta que seguirá incrementando las pérdidas para el país.

Pero lo interesante, es lo que AMLO haga, que va a exponer mucho de él. Por un lado, su habilidad política y por otro su estatura como estadista. En cualquier caso, el problema que le heredan o la trampa que le dejaron armada está bastante pesada.

Si maneja la situación de forma que el resultado de la consulta sea la mejor solución para el país y justificar políticamente el golpe a los oportunistas frustrados y contra la “mala opinión financiera internacional” o lo único que pretende con la consulta es lavarse las manos y dejar que pase lo que sea. Veremos.

Los que no tienen vergüenza son los oportunistas que sin pudor ni recato exhiben su falta de principios y su extravío de la proporción de las cosas. Cuando se trata de sacar les importa un bledo meter al país en un problema. ¿O debemos creer que apenas se dieron cuenta que están sacando provecho de construir un hoyo negro que va a perjudicar más que beneficiar al país?

En la historia han existido buenos empresarios, con vergüenza, ética y principios y otros que no les importan como acumulan su riqueza. La ambición es una condición humana, todo mundo tiene derecho a prosperar materialmente. Pero nadie tiene derecho a beneficiarse a costa de perjudicar a alguien más o peor a una sociedad. Esos son límites que en este país se han perdido. Toda sociedad necesita empresarios, pero buenos, decentes, que se enriquezcan de beneficiar al país y no a costa de dañarlo.

El problema del aeropuerto fundamentó en el intento de Fox, el libro ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional! Donde se descarta tanto a Texcoco como a Tizayuca y se propone una alternativa más viable y conveniente para el país. Allí se encuentra un análisis serio y profundo del problema hecho por ingenieros auténticos, honestos y desinteresados.

Columna de Salvador García Soto

http://www.eluniversal.com.mx/columna/salvador-garcia-soto/nacion/nuevo-aeropuerto-slim-dijo-no

Sigo ausente trabajando en mi página WEB y en la “Ley de Obras Públicas, fundamentos y complementos”. El análisis de una herramienta predilecta de corrupción, por su impunidad y la cuantía de los recursos que permite desviar. Por lo que he dejado pasar muchas cosas, pero esto viene a colación y no podía dejarlo pasar.  

https://Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo./ , Autor de: La infracultura en la construcción, La anomia, Disección de la Ley de Obras Publicas y Servicios Relacionados con las Mismas, ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional! y en proceso de publicación: Actualización de la Disección de la LOPySRM, El descalabro de la razón, La hermana perversa de la Ingeniería Civil y Recensión metafísica.