*Miedo y el covid-19
El miedo es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento desagradable, provocado por la percepción de un peligro real o supuesto, presente, futuro… o incluso pasado.
Pero no todos tienen miedo.
El miedo aparece en la gente que tiene más recursos, porque tienen más miedo a perder su posición social.
Con el miedo acostumbramos ver las cosas mucho peor de lo que son.
El miedo se convierte en una prisión, donde perdemos la razón de lo que nos sucede.
Hace unos días platiqué con uno de mis colegas recolectores de basura, que trabaja como machetero en un camión.
Le pregunté: “¿Qué tal? ¿Qué tan difíciles se han puesto las cosas para ustedes con la Pandemia?”.
Me respondió: “Pues todo normal… Seguimos en chinga. La ciudad no deja de tirar basura y si no se recolecta ¡Pos sería un caos!... Nosotros tenemos que seguir chambeando… Yo no creo que exista ese virus… Además, de algo nos vamos a morir. Así que prefiero morirme de cualquier cosa, pero no morirme de hambre… Porque si no le chingamos no sale pa’ comer”.
Y así como él, hay muchos otros.
La ciudad, pese a las “restricciones impuestas”, ha encontrado un mecanismo para que la gente (esa gente que necesita salir para conseguir el sustento) deambule por muchas de sus áreas normalmente… Como si nada sucediera.
AMLO no tiene miedo. Se siente muy seguro de sus acciones. No hay duda o temor en él.
Tanto así que de la Pandemia sólo expresa: “La estamos dominando”.
Y de seguro ese dominio es absoluto… Según sus cifras.
Pero, para la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) México es el peor país del mundo para enfrentar el COVID-19 al restringir sus pruebas de contagio a 0.2 por cada mil habitantes (Forbes, 22/IV/2020).
Por ejemplo, en Tijuana, se realizan 250 pruebas por día. En San Diego (USA), 3 mil 500 diarias. Los dos estados tienen cerca de 3.3 millones de habitantes. ¿Por qué esa enorme diferencia?, (Reforma, 29/IV/2020).
¿Será suficiente la percepción que el gobierno nos da de la Pandemia?
¿Serán ciertas las cifras de contagios y muertes? ¿Hasta dónde llegará a afectarnos esta crisis de salud y económica?
Esas preguntas son muchas veces el origen de nuestros miedos y no hay forma de responderlas de manera sencilla.
No nos queda más que seguir las reglas de los datos oficiales.
Los que puedan seguirlas, lo harán. Quienes no puedan, trabajarán incansablemente, aunque esté en riesgo su salud y el futuro de su familia.
Actualmente AMLO enfrenta un doble reto (lo quiera reconocer o no): Salvar la vida de millones de personas y conservar sus fuentes de trabajo.
Y para eso es el presidente y cuenta con un numeroso grupo de colaboradores.
Pero quizá, en plena crisis, optó por una opción pésima: Aislarse. Imponer sus criterios. Rechazar las propuestas de apoyo. Aferrarse a sus proyectos de gobierno. Confrontar a la prensa y rechazar un diálogo abierto… Entre muchas otras cosas.
AMLO no está dispuesto a aceptar ninguna idea que no sea suya… Ese es su grave error.
Porque con ese encierro (con la certeza de tener él la posibilidad de manejar toda la situación), con su obcecada tenacidad para defender su punto de vista (que para él es lo único importante) se echa a cuestas toda la responsabilidad de lo que implicará fallar en un momento definitivo en la historia de México.
Nos acercamos a la peor recesión mundial desde 1929, época de la Gran Depresión.
Y los datos de AMLO (aunque diga que son distintos) no van bien.
POPULARIDAD A LA BAJA
La popularidad de AMLO sigue en declive.
Si eso sigue así, fortalecerá a una oposición en su contra que no existe (hasta el día de hoy)… O está desecha.
La lógica de esto se fundamenta en la “terca realidad” que se opone a vivir bajo la lógica de AMLO.
La economía mundial entrará en un largo proceso de recesión y la disciplina fiscal que AMLO quiere implementar, no será suficiente para mantener la estabilidad.
Cada vez resulta más claro que AMLO necesita de una voz opositora para no desintegrar el Estado de Derecho actual, no debilitar el federalismo y respetar la división de poderes.
AMLO se muestra interesado por una sola cosa: Acaparar el poder y fortalecer su imagen de “redentor absoluto”.
Necesita escuchar a Porfirio Muñoz Ledo. Y dejar de politizar los temas técnicos. Apostar por la ciencia, en lugar de las creencias.
Vivimos en una epidemia heterogénea, donde es muy complicado conocer el hoy, sin saber en qué se transformará mañana.
La idea de la 4T es fundamental… Pero, por si sola, no podrá vencer todos los obstáculos.
CHULADA DE PUEBLO BUENO
Con la crisis de salud, aparecieron varios “pequeños dictadores”, que, a través de imponer su poder, quieren ordenar al “pueblo bueno”.
Una de esas noticias está en Jalisco. En el estado que gobierna Enrique Alfaro.
Pues bien, Alfaro decretó “Ley Seca” para proteger (según él) a la ciudadanía.
La Secretaría de Salud de Jalisco, investigó la intoxicación de 19 personas por consumo de “Metanol”. Nueve de ellas murieron, en la zona serrana de ese estado.
Todo esto debido a la “emergencia sanitaria”, que impuso la ley seca.
Bebieron alcohol industrial, mezclado con refresco y leche… sin leer que ese alcohol es sólo sanitizante.
Murió más gente por la ley seca que por el COVID-19.
Otra más del pueblo bueno.
Los estudiantes de la Escuela Normal Vasco de Quiroga, bloquearon las vías férreas el martes pasado, muy cerca de Uruapan, Michoacán.
Buscaban la disminución de la matrícula de su escuela para este año.
Claro, en plena contingencia ambiental.
Hurtaron una camioneta, la vandalizaron, la pusieron en medio de las vías del tren, los policías los siguieron, les dispararon, etcétera.
¿Por qué demonios no entienden lo que se vive en el país y en el mundo?
Deben ser neoliberales… diría AMLO.
LA CUEVA DEL DELFÍN
Al exsenador prianista Javier Lozano lo contrató y lo corrió la COPARMEX como “vocero especial” ¡En un solo día!… Era como contratar a Peña Nieto o a Miguel Alemán, como voceros contra la corrupción.
¡Vientos huracanados!, si no me mandan a declarar ley seca en La Hija de los Apaches nos veremos por acá el próximo sábado...
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