En la mañanera de hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo lo siguiente: “Celebro que haya debate y que ya sepamos que pueden sustituirme Claudia o Marcelo Ebrard, o la esposa de Felipe Calderón”…

Pero en tono de burla o choteo, don Andrés fue más expresivo, al señalar textualmente: “O Moreira o Quadri, Loret de Mola, Chumel. Con todo respeto, Chumel, no se vaya a enojar, ¿eh? Ya, qué tapado ni qué nada, ya abierto todo completo”…

Estas palabras no tuvieran la mayor importancia, de no ser por lo que produjeron entre sectores que se dedican al estudio de la personalidad social y, sobre todo, de los políticos a quienes les siguen un comportamiento histórico, verbigracia Fernández Noroña…

Una de las primeras interpretaciones que se comenta en esos círculos, es que el mandatario no se dio cuenta que al nombrar a todo ese grupo de posibles candidatos a sucederlo en el cargo, los puso en el mismo tintero, y por lo tanto, al mismo nivel, incluida Claudia Sheinbaum Pardo y Marcelo Ebrard Casaubón, sus auténticos candidatos…

¿Lo habrán asimilado?