En el foro de la Ciudad de México se contó con la participación de 514 personas pertenecientes a pueblos Náhuatl, Otomí, Mazahua, Matlatzinca, Tlahuica y población indígena migrante, así como a los pueblos y barrios originarios de la capital.

Por consenso, las y los participantes abordaron los ejes temáticos en dos mesas de trabajo: una conformada por representantes de los pueblos indígenas y afromexicano residentes, y una segunda mesa integrada por pueblos y barrios originarios.

 

En la mesa de trabajo conformada por pueblos y barrios originarios, las y los participantes plantearon la urgencia de asegurar la conservación territorial ante la expansión urbana.

 

En paralelo, los pueblos indígenas y afromexicano asentados en la capital del país, expusieron sus necesidades en materia de derechos, tanto en lo colectivo como en lo individual, debido a que éstos se ven vulnerados cuando se desplazan de sus comunidades de origen, por lo que exigieron protección jurídica a través de abogados e intérpretes en sus propias lenguas.

 

Además, expresaron su inconformidad con ser llamados “pueblos indígenas migrantes”, y solicitaron ser denominados “pueblos residentes”, pues, expresaron, que ninguna persona debe ser migrante en su propio país.

 

Del mismo modo, pidieron crear una circunscripción indígena para tener facultades de acceder a cargos públicos y conformar un distrito indígena con representación electoral en la capital del país.