(Del Banco Interamericano del Desarrollo para Grilla en el Poder).- En el ecosistema de innovación y emprendimiento de alto impacto en América Latina y el Caribe (ALC) vemos cómo emprendedores/as cuentan experiencias difíciles de su día a día para mantener o hacer crecer exitosamente sus emprendimientos.

Estas presiones diarias suelen estar vinculadas a factores que comúnmente podemos ver y medir, como el factor financiero, el factor operativo y los factores de sostenibilidad o escalabilidad.

Pero se puede ver y conocer poco sobre el impacto y las posibles consecuencias de estas presiones en la vida personal, familiar o cotidiana de los seres humanos detrás de los emprendimientos. Un factor invisible que es hora de visibilizar.

Si queremos fortalecer el ecosistema emprendedor de la región e impulsar su gran capacidad innovadora, es necesario atender un factor invisible pero fundamental: el bienestar y la salud mental de emprendedores/as de alto impacto.

Los emprendimientos de alto impacto son una parte esencial de las economías dinámicas de nuestros países. Sin embargo, en muchos casos, estos/as emprendedores/as enfrentan circunstancias y desafíos muy particulares de la región.

A las presiones financieras y operativas cotidianas se suman contextos políticos, económicos y sociales muy cambiantes, así como recientemente los duros impactos por la pandemia del COVID-19. Esto ha generado un ambiente de alta tensión e incertidumbre en los emprendedores/as para poder mantener o hacer crecer sus iniciativas sin descuidar el compromiso laboral con sus equipos.

El hecho que este desafío personal muchas veces parezca invisible y se suela enfrentar en solitario, por estigmas o prejuicios, hace que el sector de EAI sea “mucho más propenso a sufrir dolencias en bienestar y salud mental, como estados de ansiedad, fatiga, depresión o agotamiento generalizado (síndrome de burnout), en comparación con la población en general” (Endeavor, 2020).

Con el objetivo de entender y visibilizar la situación del bienestar y la salud mental, específicamente en el ecosistema emprendedor de Alto Impacto en la región, esta investigación realizó un estudio de carácter exploratorio para identificar y entrevistar a un grupo diverso de emprendedores/as en varios países de ALC.

Fundadores/as o colaboradores, de diverso género, en varios tipos de industrias, con emprendimientos en distintas etapas y con diverso alcance geográfico o de mercado aceptaron participar voluntariamente para compartir sus experiencias y opiniones.

Desde esta exploración, que se enfoca puntualmente en analizar la situación actual de las personas participantes, creemos que es posible reflejar lo que potencialmente afecta a una mayor parte del ecosistema.

Esto puede ayudar a visibilizar la importancia de atenderlo para quienes están detrás de los emprendimientos, pero también para quienes los incuban, los aceleran o invierten en ellos.

Ayudar a potenciar buenas prácticas, financiar investigación y ofrecer programas o herramientas de acompañamiento especializado al ecosistema emprendedor de la región es fundamental.

Entendiendo el momento que vive la región y buscando fortalecer el crecimiento del ecosistema, se debe impulsar estratégicamente un nuevo enfoque: si los/ as emprendedores/as están bien, los emprendimientos irán mejor.