Por primera vez en su historia Estados Unidos cotiza su petróleo en negativo y arrastró al barril de West Texas (TXI) a perder todo su valor en un solo día, lunes, cuando tocó fondo.

De acuerdo con lo que revelan y analizan especialistas de casi todo el mundo que circulan en las redes sociales, los tanques de Estados Unidos no tienen espacio para almacenar más crudo y los inversionistas ya cobran por comprar barriles ante la brutal reducción de la demanda producida por la crisis del coronavirus.

Pero, además, el desplome del energético arrastra a las Bolsas de Valores y este martes el Dow Jones neoyorquino abrió con caídas en torno al 1 por ciento y el Ibex madrileño cerró a la baja, a diferencia de los principales selectivos europeos.

Los analistas explican también que el mercado del petróleo empieza a cumplir las profecías de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que advirtió el miércoles de la semana pasada que este sería el peor año de la historia para el crudo.

Sañalan que con Estados Unidos y medio mundo encerrado en casa, no hay compradores, y que los precios comenzaron a caer en un 86 por ciento desde enero, hasta alcanzar mínimos de 1986.

Con esto hacen notar que de poco ha servido el recorte de producción en diez millones de barriles diarios pactado hace dos semanas. “Si el consumo de energía ha bajado un 30% y la OPEP reduce el suministro en un 10%, todavía hay una gran brecha”, resume a Reuters Elwin de Groot, jefe de estrategia macro de Rabobank.

En otros frentes informativos se hace notar que sin coches en las carreteras ni aviones en los cielos, las economías afectadas por la pandemia ya no necesitan las cantidades de combustible proyectadas antes de que estallara la crisis.

Mencionan ejemplos como los contratos de futuro que también se desploman porque las reservas ya almacenadas sobrepasen la demanda y los presagios de que el frenazo económico continúe limitando el consumo.

Otro ejemplo es que el contrato de junio para los futuros del WTI cae un 11%, y se sitúa en torno a los 22 dólares por barril. En ese contexto, las petroleras tiran hacia abajo de la Bolsa de Nueva York: el S&P pierde en torno a un 0,5% y el Nasdaq avanza plano. Europa, en cambio, se escapa de la tendencia.