El 24 de junio inicia la edición 29 del Verano de la Investigación Científica (VIC), programa de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) que encamina a jóvenes de licenciatura hacia el mundo de la investigación al facilitar que realicen estancias de investigación durante siete semanas en verano en los mejores centros e instituciones del país, bajo la supervisión y guía de científicos que fungen como anfitriones.

Para la convocatoria de este año, se recibieron mil 459 solicitudes, y fueron aceptados 646 candidatos con el apoyo de la Secretaría de Educación Pública; el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; la Universidad Autónoma Metropolitana, y el Instituto Científico Pfizer; mientras que con fondos propios o apoyo institucional podrán participar 787 estudiantes, sumando un total de mil 433 beneficiarios.

Como se ha venido registrando en años anteriores, en 2019 la participación femenina es mayor, con 58.7%, mientras que la de hombres es de 41.3%. Acudirán jóvenes de los 32 estados de la República, siendo Sinaloa la entidad con mayor número de jóvenes becados (13.5% de representatividad), seguida de Veracruz (8.2%), Puebla (7%), Tamaulipas (5.9%), Tabasco (5.7%) y Ciudad de México (5%).

Víctor Pérez Abreu, director del VIC, comentó que el programa no considera el factor de género como elemento de selección; se da de manera natural una alta participación femenina, lo cual es una señal positiva. “Nos indica que es un talento que se sigue desarrollando y que si continúa en el posgrado y se logra incorporar al sector ciencia, tecnología e innovación en algún momento se podrá alcanzar la paridad de género en el sistema. Hay elementos para que así ocurra porque también hay una voluntad de los padres para que sus hijos se trasladen a otras ciudades, hay voluntad de los jóvenes por trabajar en equipo, etcétera”.

Para solicitar participar, los estudiantes deben tener promedio mínimo de 8.5 en el área de Ciencias Físico-Matemáticas (FM) y de 9.0 en Ingeniería, Biotecnología y Ciencias Agropecuarias (IBCA), Ciencias Sociales, Humanidades (CSyH) y Ciencias Biológicas, Biomédicas y Químicas (CBByQ); no adeudar materias; ser alumno regular en una carrera con duración de al menos cuatro años y escribir un ensayo argumentativo en el que exponen los motivos por los cuales les interesa realizar una estancia del VIC.

El ejercicio de proponer un proyecto de actualidad en el que los jóvenes formulan hipótesis investigan la literatura reciente sobre el tema, toman muestras, experimentan, entre otras cosas, resulta formativo y contribuye a definir su vocación; en las encuestas que responden después de haber concluido su estancia y en el seguimiento que se les da, 70% de los participantes ha indicado que el VIC les ha servido para elegir un posgrado, comentó el doctor Pérez Abreu.

“Es muy gratificante ver que hay investigadores que en el pasado fueron becados por el verano, que son super entusiastas y ahora son anfitriones en un esfuerzo extra que es honorífico, pues en el verano las instituciones cierran y a pesar de eso, los colegas y las instituciones permiten que los estudiantes realicen sus estancias”, destacó.

Este 2019, la áreas en las que se distribuirán los jóvenes aceptados quedó como sigue:IBCA (29.3%), CSyH (28.2%),  CBByQ (28.3%) y FM (14.2%).

Vivir el VIC le permite a los jóvenes experimentar cómo funciona el mundo académico, por ejemplo, sus propuestas pasan por un comité de evaluación. “Desde temprana edad ven que es muy importante la evaluación entre colegas porque nos dan observaciones y crítica constructiva de los proyectos. Y es una aproximación a cómo funciona la ciencia porque cotidianamente los investigadores somos evaluados, cualquier solicitud, artículo científico o resultado debe presentarse ante la comunidad. Esto lo hemos implementado en el VIC desde hace seis años”.

Algunos estudiantes han obtenido resultados de relevancia, al grado que terminan como coautores en artículos arbitrados por especialistas en determinada área e incluso presentando sus resultados en congresos nacionales.

“Algunos de los participantes nos han expresado que el VIC les cambió la vida porque descubrieron algo nuevo que les abrió las puertas a trabajar con los mejores grupos de investigación del país, lo cual es extremadamente motivante. También hay quienes se dan cuenta con este programa que la investigación no es lo suyo y también eso es bueno”, señaló el doctor Víctor Pérez Abreu.

Algunos de los retos que apuntó el investigador del Centro de Investigación en Matemáticas sobre este programa, son que el VIC 2019 se realice sin ningún contratiempo; que se asigne en tiempo y forma a los becarios con los investigadores anfitriones; y en el mediano y largo plazo, continuar con su perfeccionamiento a través de las evaluaciones, contar con más fuentes de financiamiento y garantizar su continuidad, además de aumentar la participación de estados con poca asistencia.

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