Violeta Contreras García

(dpl news) Monterrey, Nuevo León.- La Inteligencia Artificial (IA) está transformando el mundo de la educación, la forma en la que las personas aprenden, enseñan, comparten conocimientos, realizan tareas y actividades e interactúan en las escuelas y fuera de ellas.

A raíz de la acelerada evolución de la IA, que hoy es una tecnología casi omnipresente, las instituciones educativas y los docentes se están preguntando cómo deben adaptarse a esta nueva ola y hasta qué punto la IA debe ser incorporada en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Este es el tema que hoy se debate en el IFE Conference 2024, un evento anual del Tecnológico de Monterrey que aborda las tendencias y prácticas que están cambiando la cara de la educación.

Durante el encuentro, que se lleva a cabo del 23 al 25 de enero, especialistas de todo el mundo observan que todavía existen muchas dudas al respecto.

Pero lo cierto es que hay un consenso respecto a que la Inteligencia Artificial y las tecnologías digitales pueden ser una herramienta poderosa para mejorar la calidad y personalización de la educación.

Sin embargo, el uso de la IA en este ámbito no debe poner en riesgo la inteligencia humana ni las capacidades cognitivas de las personas, afirmó Rose Luckin, profesora del Instituto de Educación University College London.

La IA presenta una amplia gama de posibilidades para la educación. Por ejemplo, puede aprovecharse para generar nuevos modelos de enseñanza y aprendizaje más acordes con las necesidades y expectativas de los estudiantes y el mercado laboral.

Asimismo, habilita la formación constante y permanente a lo largo de la vida de una persona; facilita el acceso a nuevo conocimiento; o incluso puede ser utilizada para luchar contra problemáticas como la deserción escolar o relacionadas con la salud mental de los estudiantes.

Todo esto hace pensar que la IA es un instrumento poderoso, pero no lo es más que la mente humana. Rose Luckin advirtió que “nuestras mentes están cambiando por la forma en que interactuamos con las tecnologías”.

“La capacidad para memorizar está cambiando por la forma en que usamos Internet y los motores de búsqueda, así que necesitamos ser muy cuidadosos cuando pensamos en delegar nuestros procesos cognitivos a la Inteligencia Artificial.

“Debemos asegurarnos de no delegar esos aspectos de nuestra inteligencia, lo que nos hace humanos en el pensamiento, con la idea equivocada de que la Inteligencia Artificial puede hacerlos”, explicó la investigadora.

Esto quiere decir que la IA debe ser una herramienta de la educación pero nunca sustituir los procesos cognitivos, sociales y emocionales propios de los seres humanos, que son parte de la inteligencia humana.

Por eso, al introducir esta tecnología en los modelos de enseñanza y aprendizaje, las escuelas deben mantener una visión crítica y promover que las y los estudiantes conozcan tanto los beneficios como los riesgos de la Inteligencia Artificial, aclaró Iván Moreno Arellano, rector del Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara.

Las instituciones educativas como las universidades tienen que comprender cuáles son los riesgos de la IA y, con base en ello, garantizar que todas y todos los estudiantes conozcan cómo usarla adecuadamente y promover que existan mejores experiencias en torno a la tecnología, agregó el académico.

Nuevas credenciales educativas

Junto con la educación, la Inteligencia Artificial también está cambiando el mundo del trabajo. Las escuelas saben que sus currículas ahora deben responder a una realidad diferente.

Las empresas e industrias enteras demandan nuevas competencias y habilidades, tanto digitales como blandas, pero los sistemas educativos suelen evolucionar a un ritmo más lento que las tecnologías.

Ignacio Villaverde, rector de la Universidad de Oviedo, puntualizó que “las universidades no formamos para el empleo: generamos conocimiento. Pero tenemos la responsabilidad de formar a personas que estén en las mejores condiciones posibles para acceder al trabajo”.

Ante la automatización habilitada por los sistemas de IA, el panorama del trabajo está cambiando y muchas ocupaciones necesitan replantearse, incluso aquellas que requieren una alta cualificación.

En un nuevo escenario del trabajo, el especialista advirtió que las universidades no pueden seguir dando viejas soluciones a las problemáticas actuales.

Una nueva forma en la que las universidades quieren hacer frente a la transformación digital son las microcredenciales, es decir, las certificaciones sobre conocimientos o capacidades específicas que la población puede obtener a lo largo de su vida educativa, por medio de cursos o programas de formación más cortos que una carrera universitaria.

Matxalen Llosa, presidenta del Consejo de Dirección de la Universidad Europea EUNICE, destacó que elaborar estas nuevas credenciales de acuerdo con las nuevas tecnologías como la IA es una labor imprescindible de las unidades.

Esta herramienta, asimismo, es útil para que las personas puedan mantenerse activas y actualizadas para las demandas del cambiante mercado laboral. Sobre todo aquellas que se ven o se verán afectadas por la automatización.