Crónica de una muerte paulatina

Considerado el motor del desarrollo de las comunidades marginadas en las que se cultiva, el café en México aportaba al país en promedio 900 millones de dólares, la circulación monetaria de esas regiones dependía de la cosecha del café, del trabajo del café, del beneficio del café, de la comercialización del café; sin embargo, los intereses de los grupos parlamentarios y el poder ejecutivo negaron sistemáticamente los recursos necesarios para lograr el rescate efectivo de la producción.

Javier Galván, dirigente de la Coalición Nacional de Organizaciones de Productores de Café lamenta que en la última etapa del actual gobierno “no existió voluntad para crear un organismo público del café con recursos y patrimonio propio que coadyuvara en el proceso de fortalecer y lograr la regeneración de la cafeticultura mexicana.

En declaraciones a este diario, Javier Galván con tristeza comenta el abandono de los predios cafetaleros que se ha prolongado por más de una década hace parecer a los pueblos del café solos y abandonados, en donde solo los días de entrega de apoyos asistencialistas los hace volver a la vida y la romería en la calle principal de la comunidad, un día cada dos meses.

En la entrevista explica:

-Si bien los apoyos institucionales para el café han existido, solo poco más del 25% de los productores, son sujeto de atención, es decir alrededor de 130,000 productores de más de 500 mil. Los apoyos de estos tres últimos años han centrado su esfuerzo en la coyuntura generada por la embestida de la enfermedad causada por la roya del cafeto y de refilón promueve el rescate de la productividad y la nutrición de las nuevas plantas, sin embargo no es solo la coyuntura lo que debe atenderse sino establecer un plan de largo alcance que permita recuperar los niveles de ingreso y bienestar de las familias cafetaleras, analizar el entorno nacional e internacional y establecer las bases para mejorar las acciones dentro y fuera, hacia adentro mejorando las actividades de producción, beneficio y comercialización del café.

Recordó que desde la retirada del gobierno federal de la rectoría de la cafeticultura mexicana (en el sexenio de Salinas de Gortari), el sector cafetalero se fue deteriorando, pues los actores principales, es decir los productores, han carecido desde entonces de los medios para enfrentar todos los desafíos que implican los procesos de control de la cafeticultura, no solo la parte de la producción que ya dominaban, sino las acciones en las que el extinto Inmecafé ejerció el control, como el acopio, el beneficio húmedo y seco y la comercialización interna y externa.

Aunado a lo anterior, señaló que la mayoría de las regiones cafetaleras son municipios y comunidades hoy todavía marginadas y que en ese entonces lo eran aún más, con caminos de brecha, en muchos casos solo a las cabeceras municipales y algunas ni siquiera eso, sin energía eléctrica y ni que decir de agua potable y alcantarillado.

Con la llegada de la roya y el cambio climático, la producción de café toca fondo

Para la cosecha 2012-2013 con el cambio climático y la llegada nuevamente de la roya del cafeto (enfermedad devastadora que defolia toda la planta haciéndola improductiva y que le puede causar la muerte), la cafeticultura mexicana tocó fondo llegando a producir 2.3 millones de sacos de los 4.8 que venía produciendo y que en algún momento llegó a producir hasta 5.6 millones de sacos de 60 kilogramos.

Por si los problemas fueran pocos en la cosecha 2017-2018 y por lo que se visualiza en los años siguientes el precio del café nuevamente está por debajo de los costos de producción, producir un kilo de café cereza le cuesta al productor alrededor de 6.50 pesos y hoy el mercado solo le paga 4.50 pesos en promedio por lo cual está perdiendo 2.0 pesos por kilo de café cereza que produce.

El dirigente de la Coalición Nacional de Organizaciones de Productores de Café afirma que esta situación la genera el mal llamado libre comercio que de libre no tiene nada pues las cotizaciones en la bolsa de valores de Nueva York, son los grandes consorcios cafetaleros o bursátiles que solo mueven documentos y siempre los que terminan perdiendo son los productores, porque estas empresas trasladan a la adquisición del café las pérdidas pero jamás las ganancias.

“Por ello hoy más que nunca se requiere de acciones que permitan establecer los mecanismos de orden y desarrollo de la cafeticultura mexicana, atenuar los impactos de las desviaciones del mercado y atender de manera puntual la caída de los precios en el mercado internacional”, apuntó.

Javier Galván propuso, la creación de un organismo público del café denominado “Comisión Federal del Café de México”, como una entidad paraestatal con presupuesto, personalidad jurídica y patrimonio propio, porque puede ser creada por las atribuciones conferidas al poder ejecutivo federal en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, en el titulo tercero “de la administración pública paraestatal” capitulo único “de la administración pública paraestatal”.

Por otra parte, consideró que ante la nueva caída de los precios del grano es necesario que el gobierno federal actúe en favor de los pequeños productores de café. En los últimos meses el precio ha fluctuado por debajo de los 120 dólares por 100 libras y los costos de operación estimados son por arriba de los 160 dólares por 100 libras lo que de entrada permite observar que los productores de café están financiando al mercado.