Por Violeta Contreras García

(dpl news) México dio un mensaje de cautela y análisis técnico al mercado de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC), en medio de un entorno polarizado por el futuro de la banda de 6 GHz. El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) clasificó 500 MHz en la parte inferior de la banda (5925 a 6425 MHz) al uso sin licencia de WiFi 6E, mientras que el resto del espectro se mantiene sin cambios y se definirá en el futuro de acuerdo con la evolución tecnológica.

La decisión del regulador obedece a la necesidad de disponer de más espectro radioeléctrico para el desarrollo y funcionamiento de la tecnología inalámbrica WiFi, con la finalidad de mejorar la velocidad, capacidad y latencia de las conexiones de Internet.

Por ahora, las frecuencias en la banda de 6 GHz sólo podrán ser usadas por sistemas de baja potencia en interiores y de muy baja potencia en interiores y exteriores. El Instituto continuará analizando su adopción para las conexiones en exteriores.

Los 700 MHz superiores de este espectro (6,425 a 7,125 MHz) se mantendrán sin cambios por el momento.

El IFT dijo que definirá su uso en un futuro oportuno, de acuerdo con la evolución tecnológica y las necesidades del mercado mexicano.

Así, el segundo mayor mercado TIC, después de Brasil, optó por no apresurarse y guardar la balanza equilibrada, ya que esta banda también se ha identificado como un recurso importante para el despliegue de las redes móviles 5G.

Predicciones DPL 2023 | México en la ambivalencia digital

México ha sido uno de los países de América Latina que ha mostrado una postura balanceada ante la definición de la banda de 6 GHz, en medio de un entorno polarizado: los fabricantes de infraestructura y los operadores de telecomunicaciones quieren al menos la mitad de este espectro para 5G y las empresas tecnológicas y de Internet buscan que toda la banda sea asignada a WiFi.

El IFT tomó más de dos años en llevar a cabo los estudios y consultas públicas necesarios para emitir una decisión.

Durante ese tiempo, acaparó la atención del sector TIC, ya que su determinación influirá en el crecimiento del ecosistema WiFi 6E, las inversiones en 5G y probablemente en las resoluciones de otros mercados aún indecisos.

Brasil, Perú, República Dominicana, Colombia, Costa Rica y Guatemala son algunas de las naciones latinoamericanas que se inclinaron por destinar la banda completa al uso libre de licencia.

Chile había hecho lo mismo, pero dio marcha atrás y limitó la asignación al segmento inferior (5,925 a 6,425 MHz).

Al IFT le tomó más tiempo escuchar y conciliar los intereses de ambas partes. Compañías tecnológicas como Meta (Facebook), Qualcomm, Google, Apple e Intel pedían que los 1,200 MHz en la banda se destinarán a la tecnología WiFi, argumentando que se trataba de una oportunidad que no podía ser desperdiciada.

La Dynamic Spectrum Alliance destacó en reiteradas ocasiones, tanto en privado como en foros públicos, que la asignación del espectro de 6 GHz para el uso exento de licencia generaría una importante derrama económica y una mejora significativa en la conectividad.

Entre los fabricantes tecnológicos, ha predominado un espíritu de inmediatez y pertinencia.

La opinión en este bando es que la decisión debe tomarse lo antes posible, ya que el ecosistema de dispositivos WiFi 6E ya está disponible y en crecimiento para atender la demanda de servicios y aplicaciones que se conectan a través de las redes inalámbricas.

La WiFi Alliance destaca que WiFi tiene un impacto socioeconómico esencial, ya que es el medio principal por el que miles de millones de usuarios se conectan a Internet alrededor del mundo.

Contar con la banda de 6 GHz permite que esta tecnología tenga un mayor rendimiento, y que se cree una amplia gama de casos de uso y tecnologías.

Desde este punto de vista, el que los órganos reguladores de distintos países aún no aprueben toda la banda para el uso libre genera incertidumbre normativa e impide la introducción avanzada de WiFi 6E.

Además, la Alianza considera que sería un sinsentido, dado que, en su opinión, es inviable la convivencia entre ambas tecnologías en esta banda.

Por el otro lado, empresas como Huawei, Ericsson, Nokia y los operadores de telecomunicaciones (agrupados en la GSMA) también quieren que al menos la mitad de la banda se mantenga en reserva para su definición para 5G, ya que este espectro sería indispensable para el despliegue de estas redes que no sólo serán utilizadas por consumidores finales sino también por industrias enteras.

Tener acceso a frecuencias en la banda de 6 GHz ayudaría a los operadores móviles a contar con un gran ancho de banda contiguo para lograr un buen equilibrio de cobertura y capacidad, y así cubrir las localidades remotas y rurales de México, donde la brecha digital es más profunda.

Al mismo tiempo, posibilitaría implementar más aplicaciones industriales que exigen una alta confiabilidad, baja latencia y mayor ancho de banda.

La diferencia de este último bando es que no piden toda la banda ni apresuran a emitir una definición inmediata, sino esperan a tener más estudios y a las directrices que resulten de la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones (CMR) de 2023, cuando el tema será uno de los principales a discusión.

Uno de los puntos de análisis en los que se ha hecho hincapié es que 5G puede brindar mayor confiabilidad para exteriores e interiores.

En cambio, WiFi principalmente estaría asociado a uso en interiores. Y para expandirse, WiFi 6E dependería de la disponibilidad de banda ancha fija basada en fibra, que despliegan las telcos.

Si bien ha permeado un ánimo encendido, incluso de disputa y polarización, en el debate por la banda de 6 GHz, ambas tecnologías –WiFi 6E y 5G– son relevantes y complementarias para habilitar la conectividad y la digitalización en América Latina.

Ante la creciente demanda en el tráfico de datos y los requerimientos de la transformación digital, cada una aportará sus capacidades para promover la innovación en el ecosistema TIC y en diversos sectores económicos.

Ninguna organización ni usuario final dependerá exclusivamente de una de estas tecnologías, y ninguna podrá resolver por sí misma los problemas asociados a la brecha digital ni tampoco las demandas de las industrias verticales.

En México, ya existen dispositivos compatibles con WiFi 6E en el mercado como routers y también dispositivos con 5G como los teléfonos inteligentes.

Los operadores, además, ya están desplegando sus redes de quinta generación y ofrecen servicios comerciales a los consumidores.

Sin embargo, lo que marcará la diferencia significativa para dar el salto a un siguiente nivel de conectividad en el país no será, en ambos casos, sólo de disponer de más espectro o dispositivos, sino del enorme trabajo que hay detrás en la implementación de infraestructura moderna y robusta.

La fibra óptica, por ejemplo, aunque va en aumento, aún tiene una baja penetración en América Latina.

A corto y mediano plazo, dijo el IFT en su decisión, disponer de la banda de 6 GHz para WiFi ayudará a aliviar la congestión en el tráfico de Internet.

Pero, en una visión a largo plazo, se analizará si asignar toda la banda al uso sin licencia será la mejor definición para la conectividad o si hay escenarios alternativos más oportunos, como la de licitar parte del espectro para 5G.

Esto no quiere decir que, necesariamente, destinará el espectro restante a 5G, pero por el momento tener un enfoque equilibrado posibilitará responder mejor a las necesidades futuras de espectro y avanzar en un trabajo técnico más ordenado.

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