El senador morenista José Narro Céspedes consideró que México está en bancarrota, debido a que la actual administración se ha caracterizado por el derroche, ha imperado la corrupción y el endeudamiento se ha recrudecido en los gobiernos municipales y estatales, además de que el modelo neoliberal ha excluido del desarrollo a la mitad de la población. 

Por su parte, el senador José Luis Pech aseguró que al actual Gobierno se le olvida para quien trabaja y ha perdido la visión de Estado para dedicarse a servir a un modelo económico devastador.

Mencionó que uno de los problemas del país es que recauda mal, ya que en América Latina, de los 25 países evaluados para medir la eficacia recaudatoria de los gobiernos, es decir cuánto representaban sus impuestos obtenidos con respecto al PIB, México ocupó el veinteavo lugar.

“Por ejemplo, Brasil recauda un 32.2 por ciento de su PIB, Argentina el 31.3, Nicaragua el 22.6, México el 17.2 y Guatemala, el peor, el 12.6. México ocupaba en el 2016 el veinteavo lugar estábamos abajo, pero si al 17.2 que recauda México le quitamos el 5.5 de impuestos que representa el petróleo, bajamos a 11.7 y en consecuencia somos peor que Guatemala”, resaltó.

A su vez, la senadora Ifigenia Martínez consideró que la política fiscal de la administración de Enrique Peña Nieto, basada en el modelo neoliberal ha construido desigualdades y ha excluido del desarrollo a más de la mitad de los mexicanos.

Al fijar el posicionamiento del Grupo Parlamentario de MORENA, en el marco de la comparecencia del secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, la legisladora señaló que los datos que se tienen disponibles en esta materia evidencian que el país crece de manera insuficiente para lograr el desarrollo económico y social justo para todos.

Al hacer un balance de los resultados económicos en los últimos seis años, cuestionó si México está preparado para conservar su competitividad y crecer a una tasa mayor y sostenida, sobre todo, dijo, si la inversión pública continúa declinando en relación al Producto Interno Bruto.

“En 2013 la reforma financiera no fue suficiente para cubrir ni las necesidades sociales ni la inversión del Estado, la cual se fue recortando, cada año, con el propósito de tener finanzas públicas estables”, señaló.

La legisladora reconoció que la realidad del país ha sido dura y no se ha podido evitar el incremento de la deuda pública que hoy alcanza un máximo de 10.7 billones de pesos, es decir, mencionó, dos veces el presupuesto de egresos de la federación de este año y un 45 por ciento del PIB.

“Esta deuda representa 35 mil pesos por habitante respecto al 2013 y lo que preocupa más es que el costo financiero de la deuda haya crecido en relación al PIB, en tanto que la inversión pública haya disminuido en un 14 por ciento”, indicó.

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