¿Y las leyes que aprueban apá?

Una vez más en el Senado de la República, donde se hacen las leyes, se evidencia que ahí se violan y no se respetan los más elementales derechos de la clase trabajadora.

Eso afloró hoy lunes cuando la trabajadora Guadalupe Mendoza Ortiz sufrió la descarga eléctrica de un despachador de agua, lo que provocó estremecedor grito que se escuchó en el pasillo principal del recinto parlamentario.

La trabajadora pertenece a la empresa Fonatur que desde hace casi 10 años ofrece servicios de limpieza, mantenimiento y otros, pero con la figura de outsourcing; es decir con el ilegal sistema de subcontratación para evitar el pago de las prestaciones sociales, como lo exige la “ley”.

Algunos trabajadores testigos del accidente laboral, comentaron que “se trata de una compañera de limpieza que no recibió la atención inmediata que requería, pues en la emergencia solo estuvieron los de protección civil”.

Añadieron que a pesar de que el Senado cuenta con un servicio médico eficiente, tardaron en acudir en auxilio de la trabajadora que cayó al piso con manifestaciones preocupantes de dolor.

Indicaron que inicialmente un funcionario del Senado trató de hacer creer que la afectada sufre de ataques epilépticos y a eso se debió la crisis, pero de inmediato alguien le aclaró que si se tratara de ello, la enferma solo se hubiera desvanecido sin el estruendoso grito de dolor, lo que demuestra claramente que fue consecuencia de una descarga eléctrica en el despachador de agua que limpiaba.

A todas luces fue claro que el funcionario intentó dejar sin responsabilidad en que incurre el Senado de la República por violar los derechos más elementales de los trabajadores y que la empresa externa Fonatur se haga responsable de todas las consecuencias.