El afamado líder minero Napoleón Gómez Urrutia conservó durante casi 10 años su fama de ser perseguido de la justicia mexicana por corrupto, pero ahora, una vez abrazado por el manto protector de Andrés Manuel López Obrador, el país se perfila como país de cínicos…
Y se preguntará usted, grilloso lector, por qué este escenario y la respuesta está en que el lunes pasado el Senado de la República emitió un boletín en el que se informa textualmente que “el Sindicato de Trabajadores Técnicos y Manuales de Estudios y Laboratorios de Producción Cinematográfica entregó un reconocimiento al senador Napoleón Gómez Urrutia, por ser una inspiración y apoyo en la defensa de los derechos de los trabajadores del país”… Como se sabe, Gómez Urrutia fue demandado por el desvío de 55 millones de dólares que reclaman los trabajadores del Sindicato de Mineros, denuncia por la que tuvo que salir huyendo de México para asilarse en Canadá… Desde aquel país compró la candidatura plurinominal al Senado de la República y ahora se encuentra en México gestionando sus premios por su gran trayectoria en favor de la clase trabajadora… Vaya cinismo… ¿O no?...