Mientras la tarde del martes pasado estudiantes de la Universidad del Pedregal despedían con lágrimas amargas y tristes al joven secuestrado y asesinado Norberto Ronquillo, en un evento público el presidente Andrés Manuel López Obrador se reía, se ufanaba y con marcada temeridad incitó a sus seguidores a desgañitarse en apoyo de la jefa de gobierno capitalino Claudia Sheinbaum…
Como se sabe, esa brutal tragedia del estudiante sacrificado desató tremendas críticas en las “benditas redes” contra de todo lo que huele a Morena en la Ciudad de México, por el incremento de la inseguridad que viven los habitantes de todos los estratos sociales… Esto no gustó nadita a López Obrador, quien aprovechó un acto público para responder a los inconformes y con actitud retadora la llamó al estrado central, la puso junto al micrófono, levantó su mano y a grito abierto le dijo: “Muchos grandulones te están molestando, pero no te preocupes porque tienes el apoyo del presidente de la República y del pueblo de la capital, de la Ciudad de México”… Vaya insensibilidad de políticos, pero lo más sorprendente es a pesar de estas pruebas públicas, abiertas y contundentes, López Obrador se sigue desgañitando con eso de que los morenistas no son igual a los de regímenes anteriores… Que quede para la reflexión…