Mal, muy mal le fue al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador todo lo ocurrido la semana pasada, porque asomaron hilos que conducen a una realidad de mentiras…
Y es que mientras en sus mañaneras no se cansa de afirmar que México se transforma y que acabó con la corrupción porque la limpió de arriba para abajo, como se barren las escaleras, aparecen hechos documentados de que eso no es cierto… El primer ejemplo de ello radica en lo que pretende hacer con el dinero que le autorizó administrar el Congreso federal para todo este año, pues la pandemia obliga a cambios urgentes para atender a los sectores que sufren más las consecuencias, que son muchos, pero lo quiere hacer a su libre arbitrio para promocionar su imaginaria “cuarta transformación”, como en su largo momento lo hizo el PRI… Y el segundo ejemplo es esa compra de ventiladores respiratorios que compró el IMSS a la empresa de un hijo de Manuel Barttlet Díaz, actual titular de la Comisión Federal de Electricidad y figura de muchos años de la era corrupta a la que tanto se refiere en sus mañaneras don Andrés… La compra está bañada de auténtica corrupción, como también lo hacían los priístas y la maniobra legislativa que busca son hechos etiquetados con el pasado y por lo tanto contradicen la cacareada “transformación”… ¿O alguien lo duda todavía?... Quede para la reflexión, porque a este pasaje lopezobradorista le falta mucho que evidenciar…