Este miércoles ocurrieron en México otros dos episodios que marcarán al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador como hechos que se considerarán como autoritarios…
El primero fue ese ordenamiento que salió de la oficina de un juez federal, para que se permitiera a los grupos anti López Obrador avanzar hacia el Zócalo de la Ciudad de México, donde desde anoche se encuentran en plantón… El otro hecho histórico es el documento que le envió el gobierno del presidente de la República al gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, a través del secretario de Seguridad Pública federal, Alfonso Durazo Montaño… Ese documento, que se insertará en la historia de ambos niveles de gobierno, anuncia con rodas sus letras que López Obrador anuncia el rompimiento con el pueblo de Chihuahua en materia de seguridad, lo que representa un auténtico “rásquense con sus propias uñas”… Este abandono es consecuencias del problema que generó el asunto del agua, conflicto que con ese documento de rompimiento no supo enfrentar López Obrador por los cauces de unidad nacional que ordena en diversas enmiendas la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos… En una interpretación sucinta de ambos casos, el inquilino de Palacio Nacional envía señales de que los plantones largos en el Zócalo solo son para sus huestes y que castigará al pueblo que es gobernado por alguien que no se somete a sus dictados… Cuestión de reflexionar con profundidad los hechos…