Más temprano de lo que se presagió en el mundillo político, comienza a estallar la crisis en la Policía Federal, cuyos miembros sufren el trato que daban los mandos a los soldados rasos, lo que a la postre fue causa fundamental de las deserciones que sufrió el Ejército y que muy pronto aparecieron en ese terrorífico grupo de delincuentes que se hizo llamar “los zetas”…
La historia periodística es harto conocida y alguien tiene que contarlo al actual mandamás de ese sector, Alfonso Durazo Montaño, quien está dando muestras de gran cerrazón para evitar dar la cara a los policías federales que este miércoles protestaron en la Ciudad de México y en Ecatepec, con paros y bloqueos, también golpes, al no dejar salir del centro de mando a la comisaria de la policía federal, Patricia Trujillo, quien sí tuvo el valor y, a pesar de estar rodeada de los inconformes, escuchó y fue escuchada… Al gripo de ¡somos policías!, ¡somos policías!, ¡fuera López Obrador! ¡policías sí, militares no!, los policías federales organizaron su protesta al interior de Centro de Mando, pero luego salieron a la calle para bloquear el tráfico el Periférico para presionar más la presencia de Durazo Montaño… Exigen mejores condiciones de trabajo y que no les quiten sus prestaciones a las que por ley tienen derecho, además de que se inconforman por no entrar a la Guardia Nacional por traer tatuajes y otras cuestiones… Así las cosas, están a tiempo, señores adoradores de López Obrador…