Jesús Ramírez Cuevas, comunicador oficial de la Presidencia de la República, ha dicho que en el Conacyt se fraguó una estafa más escandalosa que la ya tristemente célebre “estafa maestra” que se le atribuye a Rosario Robles Berlanga en la Sedesol…
Y efectivamente, pero a ese multimillonario río de dinero que circula en el Conacyt se le debería llamar “estafa científica”, pues los sesudos hombres de ciencia que controlan ese clan se despachan con cuchara grande… Recuérdese que no hace mucho el Congreso federal aprobó una ley que obliga al Instituto Nacional Electoral a entregar al Conacyt las multimillonarias multas que acumulan los partidos políticos por tramposos y sólo sería cuestión de seguir la hebra de ese dinero para saber a dónde fue a parar… ¿Interesante no?...