Una impresora que reproduce estructuras porosas muy pequeñas con alta resolución, semejantes a los huesos, con materiales biodegradables, fue diseñada por Aarón Misael Ortiz de la O, alumno del Posgrado en Diseño Industrial, de la UNAM.
Con este prototipo, denominado Biomaker, el universitario obtuvo un pase para representar a la UNAM en el Global Grad Show 2019, en la Dubai Design Week, encuentro donde estudiantes, académicos, empresarios e inversionistas del mundo exhiben, dan a conocer, analizan y evalúan sus proyectos de diseño.
Una de sus ventajas es el bajo costo en comparación con aparatos similares que se ofrecen en el mercado, además de contar con una campana de esterilización de materiales dentro de ella. No obstante, uno de los objetivos es disminuir aún más los costos para que pueda ser adquirida por laboratorios de ingeniería de tejidos y tener mayores avances científicos.
Biomaker
Ortiz de la O detalló que en el Laboratorio de Manufactura Digital, del Posgrado en Diseño Industrial, realizan archivos digitales para obtener una tomografía de los huesos, que convierten en un modelo 3D; luego imprimen un andamio (estructuras biológicas diseñadas para ser implantadas y reemplazar o restaurar tejidos) con cierta geometría y porosidad, dependiendo de la zona del hueso que se pretenda recuperar. “El archivo digital se envía a la impresora, que construye capa por capa cada poro de la pieza”.
Ya listo el andamio, se manda a ingeniería de tejidos, donde aplican cultivo celular para que se reproduzcan células. Los primeros resultados se pueden observar en tres o siete días, pero para obtener el tejido como tal, deben pasar tres meses, aproximadamente, aclaró.
“La ventaja de nuestros andamios es que son biodegradables y se reabsorben en el organismo; con ellos se pueden sustituir injertos metálicos o cerámicos, que aunque no son tan tóxicos sí producen malformaciones en los huesos y evitan que sane de manera adecuada, pues nunca son estáticos y se mueven de acuerdo con las cargas que soportan”.
El Biomaker trabaja con ácido poliático, un polímero económico, obtenido de plantas de cebada, trigo y maíz, incluso de la leche. “Tiene grandes posibilidades en el organismo y puede usarse no sólo para andamios de regeneración celular, sino en guías quirúrgicas, sin riesgo para los pacientes.
“El andamio está en proceso de patente, y dentro de ésta se procesa una subpatente de la impresora, pues para este tipo de aparatos ya existen patentes. Como la impresora es una mejora o adaptación que no se ha utilizado antes, se puede meter como modelo de utilidad y eso es otro tipo de patente”, explicó.
Pensamiento crítico
Aarón Misael comentó que al enterarse que fue seleccionado para la Semana de Diseño de Dubái se llenó de emoción. “Fue mi primera experiencia fuera del país. Inicialmente pensé que por ser mexicano estaba en desventaja, pero me di cuenta que nuestra educación en la UNAM está al nivel de otras universidades en el mundo, y eso me hizo sentirme más seguro y tener éxito”.
Aunque de formación es diseñador industrial, empezó a adentrarse en el mundo médico con la elaboración de guías quirúrgicas para implantes dentales y prótesis. En un congreso conoció a su actual tutor y se animó a continuar sus estudios de posgrado con el proyecto Biomaker.
“Mi plan es mejorar la impresora, porque todavía es un prototipo y debemos continuar hasta que esté lista. Quiero estudiar un doctorado y me gustaría participar en más congresos de diseño en universidades que todavía no abarcan estas áreas, porque ahí hay mucho por hacer”.
Finalmente, aconsejó a los jóvenes universitarios leer para formar un pensamiento crítico y así abrir las puertas a la innovación. Además, “mantener la curiosidad, hacer todo para lograr las metas, confiar en los proyectos propios y participar en concursos internacionales, sin miedo”.