México es una de las ocho naciones en el mundo con mayor diversidad de lenguas (junto con Papúa Nueva Guinea, Indonesia, Nigeria, India, Camerún, Australia y Brasil); sin embargo, 60 por ciento está en peligro de desaparecer.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en el orbe se hablan más de siete mil idiomas, de los cuales cerca de seis mil 700 son lenguas indígenas y 40 por ciento están en riesgo de perderse; de ser así dejaría de existir un rasgo singular de la historia de la humanidad.
En ello coincidía el historiador universitario Miguel León-Portilla: “Si la diversidad biológica es un gran tesoro, la diversidad cultural y lingüística lo es aún más. Cada lengua es como una atalaya que permite apreciar el universo entero con enfoques distintos que nos acercan a él de múltiples formas. La diversidad de las variantes lingüísticas contribuye a abrir nuevos caminos al pensamiento, la comunicación y la creatividad humanas. Cuando muere una lengua la humanidad se empobrece”. Según información del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas se estima que cada dos semanas desaparece una.
Ante esta emergencia, Naciones Unidas declaró el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas, 2022-2032, “para llamar la atención del mundo sobre la pérdida crítica de las lenguas indígenas y la urgente necesidad de preservarlas, revitalizarlas y promoverlas, además de tomar medidas urgentes a nivel nacional e internacional para protegerlas”.
La académica del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) de la UNAM, Carolina Sánchez García, resalta la preservación de las lenguas indígenas a lo largo del tiempo a pesar de los procesos que han vivido los pueblos originarios, como la colonización; ello refiere sus propias estrategias para mantenerlas. Sin embargo, ahora existe la preocupación de emprender acciones que permitan la continuidad de su uso en el planeta.
Al citar cifras del Atlas de las Lenguas del Mundo en Peligro de la UNESCO, la universitaria señala que 3.8 por ciento están extintas; 9.6 por ciento en situación crítica; 8.95 en serio peligro; 10.65 en peligro, y 9.85 por ciento en situación vulnerable.
En México existen 68 agrupaciones lingüísticas y 364 variantes. Algunas de las que están en peligro extremo de desaparecer son: ku’ahl y kiliwa, de Baja California; awakateko, Campeche; mochó, Chiapas; ayapaneco, Tabasco; ixil nebajeño y kaqchikel, Quintana Roo; zapoteco de Mixtepec, e ixcateco y zapoteco de San Felipe Tejalápam, Oaxaca. “Si vemos las estadísticas encontramos que hay un número muy bajo de hablantes de estas lenguas. Una revisión minuciosa del censo nos puede llevar a encontrar localidades donde hay un solo hablante”, alerta la investigadora.
Proceso de extinción
Para la integrante del PUIC es necesario profundizar en el conocimiento de lo que está pasando con la reproducción de las lenguas indígenas y cuáles son los factores que inciden en su extinción. Un primer elemento fue la colonización que llevó a la estigmatización de los pueblos y sus culturas, a procesos de discriminación que persisten hasta la actualidad.
Hay casos donde las madres de familia no les enseñan a practicar su lengua a sus hijos para evitar que sean maltratados o rechazados en ciertos contextos sociales y espacios educativos, particularmente en los lugares de destino de la migración, como las grandes ciudades.
Para Carolina Sánchez el reto más importante es promover y conservar el valor e importancia que tiene para México su diversidad lingüística y cultural, la cual hoy es motivo de discriminación y racismo.
Ninguno de los derechos de los pueblos indígenas está garantizado en su totalidad, incluso enfrentan nuevas problemáticas como la violencia, el desplazamiento y el despojo de sus tierras. “Lamentablemente esa es la realidad; otro ejemplo es que el nivel promedio de escolaridad de ese sector es de tan sólo 6.2 años, y sólo 4.6 por ciento ha alcanzado un nivel de formación profesional, según datos del INEGI de 2020”, resalta la universitaria.
En ese sentido, el empoderamiento de los hablantes es el principal aspecto de la hoja de ruta estratégica para el Decenio de las Lenguas Indígenas, aprobada el 28 de febrero de 2020 en la Ciudad de México, al término de la reunión de alto nivel “Construyendo un Decenio de Acciones para las Lenguas Indígenas”.
Al respecto, Sánchez García comenta que tiene que ver con abrir espacios para que ellos impulsen sus propias iniciativas a fin de revitalizar, promover y preservar sus lenguas, que sean actores centrales en el desarrollo de las acciones. Pero también se necesitan recursos suficientes para impulsar los proyectos o programas dirigidos a la población indígena.