Es muy importante contar con Atlas de Especies Exóticas Invasoras para saber en dónde se encuentran y cuántas hay. Pero también sirven para evaluar la extensión geográfica, tener alertas tempranas, crear inventarios, establecer métodos de control y prevención, priorizar zonas y especies de riesgo, así como la evaluación de los impactos, señaló el investigador Jordan Golubov Figueroa, adscrito a la Universidad Autónoma Metropolitana.
Los atlas, dijo, que tiene entre sus líneas de trabajo el análisis de riesgo y especies exóticas invasoras, están conformados por un conjunto de datos de carácter geográfico, estos son generalmente primarios y provienen de entrevistas, muestreos o experimentos, acerca de una temática en especial, por ejemplo, de orquídeas. Pero también incluyen otro tipo de información, para el caso de las especies exóticas invasoras; abundancias (si antes estaban y ya no o viceversa), coberturas e interacciones con otras especies.
Por ello, Golubov Figueroa trabajó en un Atlas de especies exóticas invasoras para la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda, ubicada en Querétaro, “antes de comenzar el proyecto se tenían 60 registros de especies de plantas exóticas invasoras para la Reserva, posteriormente identificamos que hay 50% más especies de las que estaban registradas, y que además están asociadas con diversas malezas mexicanas”.
Durante el Encuentro sobre los avances en la implementación de la Estrategia Nacional sobre especies invasoras (ENEI) en México, explicó que como parte de su proyecto junto a su grupo de trabajo, hizo un esquema para identificar cuáles de las especies registradas para la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda como plantas exóticas invasoras eran las especies problemáticas. “Encontramos que los pastos, entre ellos Melinis repens, están en toda la Reserva y la consecuencia de esto es que esta zona se está convirtiendo en un pastizal”.
Otro proyecto en el que el investigador trabajó es en tratar de definir qué tan probable es que plantas exóticas invasoras, que se han identificado a nivel internacional, puedan establecerse en nuestro país.
“En este sentido, el éxito de la invasión depende del potencial de invasión, el cual se mide a partir de los atributos de una especie que la hacen nociva; y del potencial de invasibilidad que tiene que ver con las características del ambiente al que la especie exótica invasora llega, tal es el caso de si es una zona agrícola o si es un ambiente perturbado”.
Acerca de cómo medir el potencial de invasión, el doctor mencionó que algunos aspectos generales son: tiempo generacional, tasa de crecimiento, potencial productivo, entre otros. Esta información permite saber, a partir de la biología de cada especie, cuándo y cómo actuar para contener a estas especies exóticas invasoras y hacer predicciones de sus impactos.
Para evaluar este potencial de invasión, el científico se basó en un índice que se obtiene a través de un cuestionario de 43 preguntas acerca de los atributos de las especies de plantas, como la cantidad de semillas que producen. Para complementar la información, el investigador y su equipo revisó cuál es el tipo de suelo y de clima en el que viven las plantas exóticas identificadas a nivel mundial para ver en qué suelos y climas de México podrían establecerse.
“Juntamos toda esta información para hacer una evaluación del riesgo en el que incluimos 30 plantas, 15 que el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria ha definido como de importancia agrícola y 15 que la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad sugirió, y todas tuvieron un puntaje arriba de seis, lo que indica que cualquiera puede ser una especie problemática para nuestro país”.
Una de estas plantas exóticas invasoras evaluadas fue Asphodelus fistulosus, con una tasa de crecimiento del 40% por año, una especie de origen Mediterráneo que se está extendiendo en diferentes partes de la República, sobre todo en el centro.
Finalmente, Jordan Golubov Figueroa destacó que la situación de la Reserva en la que enfocó uno de sus estudios es un reflejo de lo que pasa en el país, es decir que hay más especies exóticas invasoras de las que se tiene registro.