El rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, afirmó que investigar para innovar, así como construir una soberanía científica y tecnológica nacional, son tareas urgentes; por supuesto, la biotecnología y sus múltiples y potenciales aplicaciones en salud, alimentación, medio ambiente, energía, vacunas, además de otros campos, son una magnífica punta de lanza para lograr un mundo sostenible y la prosperidad nacional.

En la ceremonia conmemorativa por el 40 aniversario del Instituto de Biotecnología (IBt) dijo que esa instancia universitaria es una apuesta que debemos sostener como sociedad para poder ser partícipes en el imparable avance tecnológico. “En los últimos 15 años la biotecnología ha tenido tasas anuales de crecimiento de casi 10 por ciento y se estima que, en el caso de medicamentos, alcance un crecimiento de 32 por ciento en 2024”.

En su mensaje añadió: “celebramos cuatro décadas de existencia de esa entidad y la visión que en su momento tuvo un grupo de académicos que definió su rumbo, la consolidación que ha logrado y los éxitos obtenidos, así como el futuro de logros que seguramente tendrá”.

Se trata de 40 años de investigación y formación de recursos humanos altamente calificados. En sus laboratorios y espacios educativos se han graduado más de dos mil estudiantes, y se han publicado aproximadamente tres mil 500 artículos científicos internacionales; se han transferido 34 desarrollos tecnológicos y sometido a consideración más de 250 patentes, de las cuales casi 50 por ciento han sido concedidas.

El IBt, aseveró el rector, es muestra patente del compromiso de la Universidad con la nación en la búsqueda de trasladar la ciencia básica a aplicaciones concretas que beneficien a la sociedad. Durante la pandemia, por ejemplo, se desarrollaron iniciativas para crear vacunas o inmunoterapias, “y lo seguiremos haciendo hasta conseguir una infraestructura de alto nivel para atender las necesidades que se nos presenten y donde podamos colaborar con la salud, el bienestar y el progreso de la sociedad”.

En su oportunidad, el coordinador de la Investigación Científica, William Lee Alardín, refirió que Biotecnología comenzó en el contexto de la descentralización de la Universidad Nacional, principalmente a través del sector de la investigación, y se fue replicando en diferentes entidades federativas.

Ha sido ancla del campus Morelos de la UNAM y se ha dedicado a la investigación y la docencia, participando en programas innovadores de licenciatura y posgrado, así como en la difusión del conocimiento.

Su misión ha sido la de desarrollar desde la ciencia básica hasta las aplicaciones y la transferencia tecnológica; “es fundamental tener este espectro en una entidad como esta para tener un impacto a largo plazo y aportar soluciones que contribuyan al bienestar de la población”, recalcó.

Hay que considerar a la biotecnología como un elemento indispensable para la sustentabilidad. Varios de los problemas que enfrentamos hoy han sido posibilitados por descubrimientos científicos y tecnológicos, reconoció, pero no hay que confundir el hallazgo con su mal uso. En la actualidad, como nunca antes, conocemos las causas de los problemas y, al mismo tiempo, tenemos herramientas para atenderlas y proponer soluciones. “Es nuestra responsabilidad hacerlo, difundirlo, articularlo y promoverlo”.

A su vez, la directora del IBt, Laura Alicia Palomares Aguilera, recordó que el 20 de abril de 1982 se publicó en Gaceta UNAM el acuerdo del rector mediante el que se fundó el entonces Centro de Investigación sobre Ingeniería Genética y Biotecnología.

En presencia de investigadores eméritos, exdirectores, académicos y estudiantes, añadió: la comunidad del Instituto trabaja día con día para mantener la excelencia en la investigación básica, indispensable para cuestiones aplicadas y desarrollos tecnológicos.

Somos líderes a nivel nacional en el campo de la biotecnología y buscamos comenzar los siguientes 40 años con un Instituto con más brío, mayor juventud y, sobre todo, dando el mejor espacio para sus integrantes, estudiantes y trabajadores, aseveró.

El investigador emérito, fundador y exdirector del IBt, Francisco Bolívar Zapata, comentó el papel del entonces rector Guillermo Soberón para la creación de esta instancia universitaria. Asimismo, recordó que el Centro se constituyó en Instituto en septiembre de 1991, luego de la aprobación del Consejo Universitario, debido a sus importantes contribuciones.

Esta comunidad está comprometida con el estudio a nivel molecular y celular, con el apoyo de otras disciplinas y de manera multidisciplinaria, de los organismos vivos, los sistemas biológicos, de la biodiversidad y sus componentes y productos, para avanzar en el conocimiento científico, y entender y atender diferentes problemas de manera responsable y sustentable en diversos sectores, como el de la salud.

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