El equipo mexicano seleccionado de la Olimpiada Nacional de Biología (ONB), que coordina y organiza la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), obtuvo una medalla de oro, con el puntaje más alto de la competencia, una presea de plata y dos de bronces en la XIII Olimpiada Iberoamericana de Biología (OIAB) realizada del 9 de al 13 de septiembre en la ciudad de Cochabamba, Bolivia.
En los primeros lugares se ubicaron los neoleoneses Adrián Guadalupe Rodríguez Villarreal (oro) y Leonardo Uriel González Garza (plata). Las dos medallas de bronce fueron para Samuel Ruiz Pérez (Estado de México) y Eduardo René Jiménez Castañeda (Jalisco), quienes compitieron con estudiantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Perú y Portugal.
Los ganadores
El ganador del oro, Rodríguez Villarreal, dijo que esta presea es resultado de mucho esfuerzo, apoyo de maestros, asesores, familia y de instituciones como la AMC y Conacyt que siguen creyendo en los jóvenes. “Empecé a tener contacto con la biología desde que estaba en la secundaria, me fui metiendo poco a poco y en mi primera competencia nacional obtuve un bronce. Seguí estudiando y leyendo y finalmente conseguí el oro en la ONB de 2018, con ello pude ser seleccionado para representar al país”.
El estudiante que se prepara para ser químico, bacteriólogo, parasitólogo en la Universidad Autónoma de Nuevo León, se siente orgulloso de haber sido parte del equipo que representó a México, le gusta mucho la biología celular y está seguro de querer dedicarse a la investigación “gracias a las olimpiadas”.
El examen que más llamó su atención fue el práctico: “en uno de los laboratorios nos pusieron pedazos de papel que simbolizaban lagartijas, en cada una de las hojas había imágenes de insectos, que representaba su alimentación, con esos datos teníamos que hacer cálculos sobre la frecuencia en la que comían las lagartijas, si las especies competían entre sí por la comida, etcétera”.
González Garza, compartió que el certamen fue una gran experiencia y “lo que más me gustó de esta olimpiada fueron los exámenes, porque fomentan pensar como científico, es decir, desarrollar el pensamiento crítico y analizar problemas”.
El joven estudiante ya inscrito en la licenciatura en Biotecnología Genómica en la Universidad Autónoma de Nuevo León, aprovechó para mandar un mensaje a otros jóvenes para que participen en este tipo de competencias que promueve la AMC “porque todos pueden, con dedicación esfuerzo y gusto por la ciencia, se pueden lograr grandes resultados para el país”.
También, Jiménez Castañeda comentó que fue una experiencia grandiosa. Este tipo de competencias deben seguir siendo apoyadas porque son una gran oportunidad para los jóvenes para salir del país, ampliar el horizonte y conocer a otros estudiantes con los mismos intereses en biología. “No se aprende sólo de biología, también sobre otras culturas y sus tradiciones”.
“Me gustó mucho que en el examen teórico tuvimos que analizar información para obtener respuestas y en el examen práctico tuvimos que resolver problemas de ecología, biología molecular y botánica”, dijo.
Por último, Ruiz Pérez, estudiante recién inscrito en la carrera de biología en la Universidad Nacional Autónoma de México, expresó que la competencia iberoamericana le sirvió para aplicar todo lo aprendido, antes y después de la ONB; para conocer a otras personas con gusto en las distintas áreas de la biología y sus aplicaciones. Y aunque aún no sabe en qué se especializará, sí sabe que “este tipo de competencias son algo que los chavos deben conocer y animarse a intentar. Es importante dedicarse si es algo que te gusta y si fallas hay que seguir intentando, porque en todas las etapas hay satisfacciones”.
Por su parte, la coordinadora de la ONB, Cristina Revilla Monsalve recordó que las olimpiadas cumplen con el objetivo de promover e incentivar vocaciones científicas y “tenemos muchos competidores ex olímpicos que lo comprueban. Hay muchas historias de éxito que contar, porque ya tenemos 28 años trabajando y viendo crecer a estos jóvenes que no sólo traen medallas al país, también se convierten en jóvenes productivos, porque son estudiantes talentosos”, dijo.
Añadió que las medallas que consiguió el equipo mexicano “son un gran logro, porque de los 13 países participantes, el nuestro consiguió la mejor calificación del certamen, donde se promediaron los exámenes teóricos y los cuatro prácticos. Además, el ganador de la medalla de plata, González Garza, estuvo en el equipo que ganó el rally, una actividad científica y deportiva, que aunque no se considera para la calificación, sí promueve el pensamiento crítico y la resolución de problemas en equipo.
La investigadora agradeció a los profesores de los estados de la República que participan en la preparación de los jóvenes, quienes después de obtener el oro a nivel nacional son asesorados por profesores de la Facultad de Ciencias de la UNAM, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y del Instituto Mexicano del Seguro Social.
La investigadora recordó que en las 13 ediciones de la Olimpiada Iberoamericana de Biología en las que ha participado México se han obtenido 9 medallas de oro, 14 medallas de plata, 26 medallas de bronce y una mención honorífica.
Cristina Revilla Monsalve y Miguel Ángel Palomino, también integrante del comité organizador de la ONB, fueron los líderes académicos que formaron parte del equipo mexicano.