La inversión en salud y educación es crucial para el desarrollo del país y está directamente relacionada con el tipo de progreso que se espera impulsar en este siglo, afirmó el secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas.

En el largo plazo, tener acceso a la salud es uno de los grandes igualadores que son visibles en los países más desarrollados. Debemos aspirar a eso y a contar con un mejor sistema educativo que nos permita mayor nivel de vida y distribución del ingreso, comentó al ofrecer la charla Inversión para el Desarrollo Social, ante especialistas del Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales (CAACS).

Durante el Seminario Permanente de las Ciencias Sociales (SEPERCIS) 2023, Reflexiones del Mundo Contemporáneo: Reconstrucción del Tejido Social y la Cultura de Paz, organizado por el CAACS, el economista enfatizó:

En las últimas décadas los sectores más dinámicos de la economía son los que están más directamente vinculados al conocimiento, y si queremos ser una nación desarrollada debemos aspirar a una mayor escolaridad, de mejor calidad, y que esto se muestre en salarios mejor remunerados, pues a largo plazo esta es la forma de superar la pobreza y reducir la desigualdad.

“Las transferencias monetarias pueden ayudar, pero no son una solución de fondo ni de largo plazo, lo que debemos plantearnos como país es la manera de impulsar el desarrollo en su sentido más amplio”, señaló ante académicos y los directores del Instituto de Investigaciones Económicas, Armando Sánchez Vargas; y de la Facultad de Filosofía y Letras, Mary Frances Rodríguez Van Gort, reunidos en la sala uno del Edificio de los Consejos Académicos de Área.

Lomelí Vanegas añadió que, en los últimos 22 años, la UNAM ha ampliado su matrícula en más de 55 por ciento, con un presupuesto que no ha aumentado en términos reales. Como se vio en la emergencia sanitaria es complicado cuando se tienen que introducir medidas para tratar de garantizar la ventilación adecuada y la sana distancia en grupos que muchas veces están saturados.

El también ganador de la Medalla Alfonso Caso 2002 explicó que una de las lecciones de la emergencia sanitaria es la implementación de modelos híbridos de educación. Sin embargo, una institución, por más grande que sea, no puede absorber toda la demanda de un país; lo más deseable es que haya un esfuerzo planeado para crear instituciones de calidad, con carreras bien pensadas para atender la demanda de enseñanza superior.

Acompañado por Leticia Cano Soriano, coordinadora del CAACS, Lomelí Vanegas destacó que algo que nuestro país ha hecho bien es revertir la brecha de género, pues hasta hace algunos años había una clara desventaja para que ellas accedieran a la educación, especialmente a nivel superior. En este y en el medio superior hay más mujeres que hombres, mientras que en primaria y secundaria son más varones que mujeres.

“Esto es muy preocupante porque implica un cambio en las tendencias, es decir, en los últimos años hemos visto un retroceso en la educación primaria y secundaria, lo cual impactará en los próximos años en la educación superior; es algo que debería preocuparnos y preguntarnos por qué se está dando este retroceso”, acotó.

Igualmente, el integrante de la Academia Mexicana de Economía Política expuso que nuestro país actualmente se ubica en la sexta posición entre los países de la OCDE en términos de reducir la brecha de género; sin embargo, reconoció que se está volviendo a ampliar en la educación básica.

Respecto a la salud, Lomelí Vanegas puntualizó que México también es uno de los países que tiene menor gasto público en el área (51 por ciento) y es casi igual al gasto privado (49 por ciento). El principal problema es que los mexicanos gastan mucho en salud debido a las insuficiencias de los sistemas públicos, en tanto que el privado se registra principalmente en situaciones catastróficas, es decir, cuando enfermamos, lo cual se vuelve más grave en los casos de cáncer, por ejemplo.

El también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias recordó que nuestra nación tiene serios rezagos en materia de infraestructura, donde el indicador más utilizado para efectos de comparaciones es el número de camas de hospital por cada 10 mil habitantes: en 2022 Brasil tenía 21 camas, Chile 24 y Estados Unidos 31, nuestro país registró 13.2.

Save
Cookies user preferences
We use cookies to ensure you to get the best experience on our website. If you decline the use of cookies, this website may not function as expected.
Accept all
Decline all
Analytics
Tools used to analyze the data to measure the effectiveness of a website and to understand how it works.
Google Analytics
Accept
Decline
Unknown
Unknown
Accept
Decline