Por su contribución de calidad para mejorar los procesos socioeconómicos, productivos y ambientales por los que atraviesa la agroindustria, el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM distinguió con el “Premio Dr. Ernest Feder 2020” a seis académicos.
El director de esa entidad, Armando Sánchez Vargas, explicó que el galardón reconoce los temas más relevantes y actuales en la materia: actualmente existe gran cantidad de estudios importantes dada la situación por la que atraviesa el campo.
En la ceremonia, efectuada en el marco de la edición XL del Seminario de Economía Agrícola del IIEc, Sánchez Vargas dio a conocer a los ganadores de los tres primeros lugares:
Primer sitio, Felipe Torres Torres y Agustín Rojas Martínez (UNAM); segundo, Iván Cortés Torres (UAM); y tercero, Laura Martínez Salvador, Loarry Gabriel Hernández (ambos de la UNAM) y David Alvarado (IPN).
El trabajo merecedor de la primera posición fue “Los alimentos ultraprocesados y la comida rápida como factor de vulnerabilidad ante las pandemias en México”, en el que sus autores aseguraron que la industria de alimentos ultraprocesados ha ganado terreno indiscutible, sobre todo en la proliferación de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
La comunidad que nos dedicamos a la ciencia propositiva tenemos que estar pendientes de que el ánimo por seguir haciendo investigación de calidad no decaiga y podamos impulsarla desde nuestra perspectiva, reforzarla a través de proyectos que ponen en alto el nivel de conocimiento que se genera en la universidad, destacaron.
Para Iván Cortés, autor del trabajo “Agroindustria Trasnacional y Cadenas Globales de Valor: una perspectiva desde el sector agroalimentario mexicano”, el libro de Ernest Feder -publicado hace 39 años- “El imperialismo fresa” fue lo que lo ayudó a determinar el planteamiento principal para posicionar a la industria trasnacional como el principal actor que ejerce mayor grado de monopolio en la cadena agroalimentaria global.
“Aquí propusimos el grado de dependencia, extraversión y heterogeneidad estructural, con lo que pudimos denotar quiénes son los verdaderos beneficiados de la globalización neoliberal en detrimento de la mayoría de los productores del sector agroalimentario mexicano”, expresó.
En tanto, Laura Martínez, en representación del equipo de investigación cuya autoría fue el trabajo “Cadenas cortas de comercialización para el fortalecimiento de la seguridad alimentaria en la Ciudad de México. El caso de El Mercado el 100 en el marco de la emergencia sanitaria”, aseveró que fueron motivados por las estructuras de abasto de alimentos que pueden contribuir a la seguridad alimentaria en las urbes.
“Sabemos de los retos a los que se han enfrentado las cadenas cortas de comercialización en este momento de adversidad global y local, por lo que propusimos modelos de asertividad, como el Mercado al 100, que surgen con redoblada fuerza en momentos de crisis, mostrando que la adversidad de abasto alimentario es muy resiliente, flexible y adaptable”, dijo.