Por Arturo Estrada Rosales
Representantes del muralismo contemporáneo, Moza Saracho y Marcos Castro recorrieron las salas del Museo Mural Diego Rivera, recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), donde actualmente se exhibe la exposición “Otros muralismos”, la cual reúne obras de ambos artistas, quienes charlaron con el público en el marco de las actividades por el 35 aniversario del recinto.
“Tiempos del circo Amarus, presenta una gramática visual en aparente caos, pero al mismo tiempo con una armonía, donde retomo elementos del mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (obra emblemática del recinto). Mi mural representa una pirámide azteca vista desde arriba, la cual está integrada por varios momentos, algunos de ellos nostálgicos”, explicó el artista, Moza Saracho.
Su obra parte de lo que Saracho ha llamado “muralismo molecular”, una propuesta que desarrollo en el taller de Willem de Kooning, donde la fragmentación de las imágenes atomiza el discurso visual y revela una crítica social: “Vemos la molécula donde aparecen los globos del mural de Rivera, porque creo que se han perdido algunas tradiciones”.
“La obra central está encuadrada en magueyes, porque es una manifestación en contra de la explotación irracional del campo”, detalló tras agregar que el muralismo siempre se postula de manera política: “Donde se manifieste siempre deja un halo que nos permite repensar la realidad. Con mi mural traté de que este pudiera comunicar, que diera elementos para que el espectador pueda cuestionarse, sin importar la edad.
Por su parte, Marcos Castro, quien presenta el mural “La invención de la historia”, explicó que su propuesta parte de un cuestionamiento hacia los postulados del muralismo como generador de identidad:
“En mi obra retomo elementos de las culturas prehispánicas que también utilizaron los muralistas del siglo pasado, me los apropio y cambio su lectura. Por ejemplo, en este mural la Coatlicue tiene presencia, pero junto a ella están jóvenes en protesta, quizá haciendo referencia a los movimientos feministas, a la militarización de las calles, a las luchas contemporáneas”.
La obra de Castro, que envuelve al espectador, en cuanto pisa la sala, también se inspira en la tradición paisajista: “El recorrido visual inicia con el volcán Xitle y el maíz. Es una especie de gran paisaje que me permite sumergir al espectador en la obra y cuestionarlo a través de estas imágenes que hacen referencia a problemas actuales, como el tema del maíz transgénico o la violencia”.
En su opinión, el muralista sigue vigente y permite hablar de temas actuales; ya no pretende educar con la imagen, sino generar reflexiones. “Mi trabajo tampoco pretende ser una propaganda, sino ofrecer elementos para que el espectador pueda tener múltiples lecturas y cuestione su realidad, porque el muralismo ya no sirve para imponer o favorecer una idea de nación e identidad, sino que ahora las cuestiona”, concluyó.
La exposición se puede visitar en el Museo Mural Diego Rivera ubicado en calle Colón s/n, equina Balderas, Colonia Centro. Entrada Libre