*Los hermanos Sulaimán me abrieron la puerta para ver al Papa

Fue un encuentro muy emotivo que tuve con el Papa Francisco. Fui invitada por los hermanos Sulaimán, ellos tenían una cercanía muy grande con el Papa Francisco, derivado de ellos mismos, pero particularmente de la relación que tuvo su padre con el Papa Francisco desde que era obispo en Argentina, se conocían desde antes y de ahí estaba esta relación de amistad.

Entonces, tuve el privilegio de que me recibiera junto con ellos y una persona muy cercana al Papa Francisco, argentino, en su departamento ubicado ahí en el Vaticano; un departamento muy modesto, muy sencillo, que muestra lo que él siempre promulgó, que fue la austeridad en todos sentidos y particularmente en la Iglesia católica.

Había ido la candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez, un día antes; a ella no la recibió en su casa, por cierto, en la parte de abajo fue recibida.

Y me dijo: “Vino hace unos días una mujer, una buena mujer —dijo— que va a competir por la Presidencia de México, y me dijo que había otra mujer que también iba a competir por la Presidencia de México”. Le dije: Ah, pues soy yo, su servidora, Papa Francisco, su santidad.

Yo le dije la frase que siempre uso en las asambleas —que la he dicho muchas veces— de él, que me parece que en muy pocas palabras muestra su humanismo y además, lo que debemos ser todas las personas, todos los seres humanos.

Que la única forma lícita de mirar a alguien de arriba a abajo es cuando uno le da la mano para levantarse, ese pensamiento lo he dicho incluso en mi campaña, lo dije muchas veces, porque es muy hermoso.

Es decir, los seres humanos somos iguales, las personas somos iguales y siempre debemos vernos a los ojos, de frente, nadie debe ver nunca discriminatoriamente de arriba a abajo a otra persona, como si alguien fuera más que otra, y la única manera que debe hacerlo es cuando uno le da la mano para levantarse.

Entonces, se la comenté, él me mostró un cuadro que justamente era esa frase representada en un cuadro que tenía él. Y de ahí, me platicó algo de su vida, de momentos de su vida. Un hombre, además, con muy buen sentido del humor.

Un hombre muy sabio, que en muy pocas palabras decía pensamientos muy profundos. Entonces, realmente fue un momento muy especial. Y le agradezco a él y, por supuesto, a los hermanos Sulaimán, que me permitieron llegar hasta él.

21/04/2025

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