Paraíso de brutales despojos

En el estado de Quintana Roo proliferan funcionarios adiestrados en torcer la ley para despojar a personas humildes y sin preparación, pero que con su trabajo logran patrimonios importantes que pasan a ser propiedad de vivales protegidos por notarios, jueces y tribunales laborales.  

Así lo reseñó Fabiola Cortés ante el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la mañanera del martes pasado:

“Vengo de Quintana Roo, soy periodista independiente desde hace 16 años radico en Quintana Roo y también soy abogada litigante.

El tema que voy a plantearle el día de hoy, el tema que quiero comentarle tiene que ver con un anciano maya discapacitado de 72años y que fue despojado de su terreno, un terreno de 37 hectáreas ubicado en Akumal, que es una de las zonas turísticas de la Riviera Maya.

Fue despojado mediante una venta fraudulenta. Esta venta fraudulenta la realizó el cuñado del gobernador, del gobernador del estado de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, una persona de nombre José María Rejón de la Guerra. Y la venta fue fraudulenta porque se simuló que al señor Antonio Manrique Mac se le pagaban seis millones de pesos por un rancho de 37 hectáreas.

En principio, este no es el valor de terreno, pero lo más lamentable, lo más trágico de este asunto es que el señor nunca recibió el dinero. Se simuló también, se abrió una cuenta a su nombre, él no la abrió, se depositó el dinero, parte de ese dinero se ocupó para pagar los impuestos relacionados con la compra-venta y cinco millones de pesos se retiraron mediante una sola y única transferencia hacia una cuenta que hasta el día de hoy desconocemos a quién pertenece.

El señor Antonio Manrique Mac vive ahora con una de sus hijas, que es camarista de un hotel en Akumal, y viven en la pobreza, porque ese era su único patrimonio.

El señor no tenía la intención de vender su rancho. Como lo dije, es un señor discapacitado, pero no sólo hablo en términos físicos, sino tiene una disminución cognitiva; pero además es un campesino, es un señor que tuvo de escolaridad primaria sin concluir y que toda su vida se dedicó a ser chiclero, él llegó a Quintana Roo hace más de40 años, cuando nadie quería ir a Quintana Roo, cuando Quintana Roo era sólo selva, moscos, dengue y, claro, un hermoso mar turquesa que hoy es el obscuro objeto del deseo.

El señor Antonio Manrique Mac obtuvo ese rancho, un rancho, en su momento de 100 hectáreas, porque también trabajó para la Secretaría de la Reforma Agraria, ubicando comunidades y localidades que estaban en la cartografía, en los mapas, pero que nadie sabía con exactitud dónde estaban.

Entonces, en compensación, la Secretaría de la Reforma Agraria le titula una superficie de alrededor de 100 hectáreas, la cual fue vendiendo poco a poco. Aclaro que ninguna venta, ninguna compra-venta la realizó él en lo personal porque, repito, su situación de ignorancia y de desventaja social pues no le permite hacer este tipo de operaciones, es un señor que no sabe manejar ni una cuenta bancaria ni utilizar un cajero automático.

El último pedazo de este terreno que le quedaba era ese rancho de 37hectáreas y que le fue pues literalmente despojado con una venta fraudulenta.

El asunto, señor presidente, no terminaría ahí si no fuera porque él meses después se dio cuenta que ya no era dueño de ese terreno. Y puede sonar inverosímil, pero estamos hablando, repito, de una situación de una persona en una total desventaja social, un campesino.

Cuando él quiso regresar a su rancho, pues ahí se enteró que él ya no era dueño de ese rancho, que ese rancho se lo habían comprado. Y a él lo llevaron a la notaría, una notaría en Mérida, Yucatán del notario Rodolfo Cerón Palma, lo llevaron a firmar esa compra-venta. Él no se enteró que había vendido su rancho hasta entonces, cuando quiso regresar a él y entrar.

Denunció ante la fiscalía general del estado y en tres meses, como muy pocos casos y en mi experiencia como abogada, como en ningún caso he visto, en tres meses la fiscalía general del estado determinó el no ejercicio de la acción penal a favor del cuñado del gobernador.

En esos tres meses no se le permitió al señor Antonio Manrique Mac volver a tener acceso a esa carpeta de investigación, no se le permitió presentar pruebas, no pudo solicitar actos de investigación.

Se le nombró una asesora víctima de la comisión de víctimas del estado de Quintana Roo que nunca hizo absolutamente nada, ni siquiera contactar al señor Antonio Manrique Mac. A él se le determinó el no ejercicio de la acción penal, ¿sabe cómo? Pegando en la puerta de la fiscalía de Tulum tan importante determinación.

Después, vino la pandemia, toda la paralización del sistema judicial, de la persecución del delito, etcétera, de las instituciones.

Y pues el señor Antonio, la hija del señor Antonio, meses después nos contactó en nuestro carácter de periodista y también sabedora que nuestro despacho se dedica a hacer trabajo pro bono en beneficio de las personas que tiene problemáticas básicamente relacionadas con temas de corrupción, de abuso de autoridad, de abuso de poder ya quienes accedemos a llevarles sus juicios de forma gratuita, porque creemos en esto que usted dice, regresar algo y hacer justicia social desde donde podemos los que hemos tenido esa oportunidad.

Es así que conocimos y conocemos de forma precisa este caso con la documentación y que hicimos público en diciembre de 2020 en el estado de Quintana Roo. Porque esto es un caso que pasa de lo privado a lo público, porque se utilizó una institución, que fue la fiscalía general del estado, y porque está involucrado una persona con un gran poder en perjuicio de una víctima que no tiene nada, que hoy está en la calle.

Después de que hicimos público este caso en diciembre de 2020, el gobernador del estado publicó en su cuenta de Twitter un mensaje personal hacia la periodista Fabiola Cortés, en la que dijo que se reservaba las acciones legales.

Hasta este momento yo no he visto acciones legales, lo que vi fue una intensa campaña que ha durado meses de difamación, de desprestigio y de agresión en el que se han publicado cientos y cientos de notas difamatorias, denigrantes, en contra de mi persona.

Pero ahí no terminaría el asunto. Notas que, por cierto, han incluido a medios nacionales, como El Sol de México, como El Heraldo, como La Prensa, como el Unomásuno, que no creo que estuvieran muy interesados en una periodista y en una abogada, ¿verdad?, si no fuera porque existe de por medio algún otro interés.

Y esto no sería o no terminaría ahí, si no fuera porque en este momento hay tres carpetas de investigación abiertas en mi contra, una por ocho delitos inverosímiles y otra porque supuestamente se me acusa de haber despojado a una comunidad, de haber llegado acompañada por la Marina, por el Ejército y por la Guardia Nacional y haber destruido 40 casas, o sea, así de inverosímiles son las carpetas de investigación abiertas en mi contra; pero que como abogada se lo digo, para vincularte y para determinarte una prisión preventiva el juez no necesita para que un estándar mínimo probatorio. La venganza se ha materializado de esa manera en Quintana Roo.

Pero no es un caso aislado esto que le comento, o sea, el caso del señor Antonio Manrique Mac, eso es un comportamiento generalizado en las instituciones de Quintana Roo y yo podría citarle innumerables casos en este momento.

El de un magistrado, Fernando Gama Rodríguez, que falsificó sus documentos para obtener el cargo, que el Congreso lo sabía y lo permitió.

Podría citarle también el caso de la falsificación de identidad en agravio de un señor de 82 años que vive en la pobreza y que tiene una empresa que ha facturado más de 40 millones de pesos. El señor tiene una hernia del tamaño de un melón, que no se ha podido operar, pero tiene una empresa de 40 millones de pesos.

Podría citarle también cómo la Junta de Conciliación número 1 de Cancún, en contubernio con el Registro Público y la Secretaría del Trabajo están a nada de sacar a uno de los fundadores de la hotelería de Cancún, de un hotel de su propiedad por medio de un juicio laboral simulado. Y así podría citarle múltiples casos que se dan en Quintana Roo.

La pregunta, señor presidente es: ¿cuándo los quintanarroenses vamos a empezar a ver el fin de la corrupción y de la impunidad en este estado?, este estado que es muy bello, pero que es cuna de ambiciones desmedidas y desproporcionadas.

Esa es la pregunta, señor presidente: ¿cuándo va a cambiar esta situación o va a empezar a cambiar?, ¿cuándo se van a dejar de utilizar las instituciones en Quintana Roo en perjuicio de los ciudadanos?”.

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