*Paridad de género
Otra más de las invenciones y distractores del actual gobierno mexicano para tratar de desviar la atención de la ciudadanía de lo que actualmente pasa en México: la paridad de género. En la página oficial de dicho gobierno dice: “La paridad de género se refiere a una participación y representación equilibrada de mujeres y hombres en los puestos de poder y de toma de decisiones en todas las esferas de la vida (política, económica y social). Se considera actualmente un indicador para medir la calidad democrática de los países”.
Lo anterior es más falso que las supuestas promesas cumplidas del actual presidente porque la representación nunca ha sido equilibrada y mucho menos la toma de decisiones, aunque me quieran hacer creer que con la designación de dos precandidatas a la presidencia se da la paridad y se muestra como un indicador democrático.
Me explico: La designación de ambas precandidatas fue hecha por hombres, en el caso de Claudia Sheinbaum la hizo Andrés Manuel López Obrador quien no se cansó en insistir que fue el partido político Morena el responsable de encumbrarla para la grande; en el caso de Xóchitl Gálvez fueron tres hombres los que tuvieron la última palabra para lanzarla al ruedo, y me refiero a los líderes de los partido políticos Acción Nacional (Marko Cortés), Revolucionario Institucional (Alejandro Moreno) y de la Revolución Democrática (José de Jesús Zambrano) quienes también disfrazaron de encuesta la imposición de la susodicha.
Ahora, suponiendo sin conceder, que la mentada paridad está a flor de piel, ¿en dónde están los pre candidatos varones para la presidencia? Resulta descarado corroborar que la mayoría de los que presiden los partido políticos son hombres, como una excepción es el Partido Verde, encabezado por Karen Castrejón Trujillo, por tanto, las instrucciones siguen siendo “masculinas”.
En el caso de la Suprema Corte de Justicia, presidida por Norma Lucía Piña Hernández, recordemos que fue, es y seguirá siendo atacada por el primer mandatario y sus huestes, lo que este último no hizo con el antecesor de ella, pareciera que, en lugar de respetar la paridad, el mandatario da rienda suelta a sus tendencias misóginas.
Resulta realmente ridículo y hasta una falta de respeto para la ciudadanía en general, pero principalmente para las mujeres, a las que se les ha hecho creer que realmente eso existe, y yo lo veo como una arma de doble filo, en donde el lado más filoso se usa para favorecer los intereses de unos cuanto (en donde la mayoría son hombres).
Para curarse en salud, los mismos de siempre hacen lo mismo de siempre, lo que hicieron sus antecesores: conservar el poder y mantener el círculo cerrado para que ningún extraño, y menos extraña, pueda entrar en él.
¿Paridad de género? Para ello se deja a un lado a la persona más capaz (sea mujer u hombre) No importa que para determinado puesto el individuo no esté capacitado, no sea el más favorecido por el voto o el que tenga más méritos para ocuparlo, lo importante es la paridad de género, tal como pasó con el triunfo de Clara Brugada sobre Omar García.
Con lo anterior no quiero decir que el segundo sea más capaz que la primera, sino que partiendo de lo que tanto cacarea el actual gobierno sobre su mentada democracia, la elección para determinar al ganador entre ambos ciudadanos no la dio una elección, encuesta, sondeo interno o como usted, amable lector, le quiera llamar, tampoco la determinó la democracia, sino una paridad de género inmundo.
Sean más mujeres, menos hombres o una cantidad similar de ambos para ocupar determinados puestos, siempre se debe de favorecer al más apto, a la más capaz, a la que tiene más experiencia, al que tiene una conducta intachable, al que a través de los años ha demostrado un óptimo desempeño y excelentes resultados como servidor público.
Al menos en México vivimos en una eterna simulación, una especie de moda perversa en la que se acuñan términos, estatus o situaciones que nada tienen que ver con la paridad, sino con el afán de que un grupo privilegiado se salga con la suya.
Hasta la próxima.