Radiografía del escenario que prevalece a unas horas de las históricas elecciones en México

Por Héctor Tenorio

Jalisco, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Veracruz y Puebla han registrado escenarios de violencia política que preocupa a diversos grupos de la sociedad, porque son muchos los candidatos a puestos de elección popular que han sido asesinados y muchos más que han renunciado a participar en la elección por temor a que ellos o su familia salgan lastimados. Incluso, hay miedo a que el escenario hostil se extienda más allá del día de las elecciones.

ESCENARIO HOSTIL: Por Héctor Tenorio

*Los riesgos del 1 de julio

El narcotráfico podría desatar la violencia en plena jornada electoral en Jalisco, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Veracruz y Puebla.

Otras entidades corren el mismo riesgo: Morelos, Tamaulipas, San Luis Potosís, Guanajuato, Zacatecas, Estado de México, Tabasco, Hidalgo, Chihuahua, Coahuila, Nuevo león, Sinaloa.

Existe la posibilidad de que este ambiente hostil se extienda más allá del día de la elección. Esto implicaría asesinatos de candidatos electos que cometieron el pecado de no pactar con los criminales.

Queda asentado, el Estado fue desplazado por el crimen organizado y no puede garantizar la vida de nadie, por eso no es extraño que 214 candidatos tuvieran que pedir protección.

En este contexto, la zona de mayor peligro resultó ser el litoral del Pacífico, las cifras así lo indican, 31 de los 48 asesinatos de aspirantes a cargos públicos acontecieron en ese punto geográfico. Los expertos atribuyen tal situación a un marcado debilitamiento de las instituciones provocado por la expansión del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Ahí concentran su mayor fuerza y requieren tener una influencia con las futuras autoridades.

El desorden ha sido aprovechado por el instituto Nacional Electoral (INE), se lavó las manos y argumentó que la guerra del Estado contra el narcotráfico no se agudizó por culpa del proceso electoral y éste se desarrolló bajo condiciones adversas. No obstante, confió que el próximo domingo se vivirá una jornada en calma. ¡Que triste papel juega el árbitro electoral!

Hay un antecedente que precede a este escenario. En la elección a la gubernatura de Michoacán, celebrada en noviembre del 2011, el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) y los magistrados electorales de la entidad, concluyeron que el proceso fue limpio y pulcro. Sin embargo, quedó comprometida la legalidad de la jornada electoral cuando al templario Juan Gabriel Orozco, El Gasca, se le decomisó propaganda política del PRI horas antes de que se realizaran los comicios, mientras, los candidatos a presidentes municipales del PAN y del PRD recibían amenazas. El blanquiazul fue intimidado en Tierra Caliente; y el sol azteca desistió de participar en los municipios de Múgica, la Huacana, Churumuco, Tumbiscatío e Indaparapeo, entre otros. El mismo día de la votación los narcos amenazaron de muerte a los electores en Uruapan si se atrevían a ejercer su derecho.

El 8 de diciembre, durante una gira de trabajo por Monterrey, el entonces presidente de la República, Felipe Calderón, reconoció que en las elecciones de Michoacán el crimen organizado obligó a 50 candidatos a presidentes municipales de todos los partidos políticos a renunciar a sus pretensiones.

Al asumir la gubernatura, el priísta Fausto Vallejo Figueroa consideró que los rumores de los opositores eran perversos y sin fundamento. El 30 de noviembre del 2012 aparecieron varias narcomantas en las que los Templarios reclamaban al mandatario por incumplir “promesas” hechas durante su campaña. La violencia y la inestabilidad se acentuaron. De forma tardía el Gobierno Federal se dio cuenta de lo evidente: las autoridades locales perdieron la gobernabilidad por lo menos de la mitad de la superficie de la entidad. El gobernador se vio obligado a pedir licencia indefinida. El secretario de Gobierno Jesús Reyna García tomó su lugar, pero no concluyó su mandato, lo detuvieron por tener presuntos nexos con el narco, todavía continúa en prisión,

A esta descomposición se debe sumar que el 1 de julio habrá acarreo de votantes, compra y robo de votos y un sin fin de artimañas. Todo hace pensar que el PRI intentará remontar la desventaja que tiene con respecto a Morena a través del terror.