*En México hay masacres, corrupción, enojos castrenses y desastres ecológicos, pero don Andrés no ve nada de eso

Cuando a ojos de todos los chiapanecos el estado vivió un ambiente de terror por las masacres de inocentes que provocó el crimen organizado para sembrar miedo electoral y ahora para secuestrar a familias enteras, el presidente Andrés Manuel López Obrador se empeña en afirmar hay asesinatos, pero que no hay inseguridad pública.

Y cuando a ojos de todos los veracruzanos sí hay corrupción en la refinería Dos Bocas, y los periódicos locales y nacionales, entre ellos el Reforma, difundieron hace algunos sábados las pruebas que pidió don Andrés días antes para que demostraran lo que llamó supuesta corrupción en esa multimillonaria e “histórica” obra de la 4-T.

Además, cuando a ojos y oídos de los militares de alto rango se hace llegar lo que se comenta entre la tropa, con enojo, por la orden que se les dio para no responder con la misma agresividad que reciben de la delincuencia organizada.

Entonces, ¿qué quiere decir eso que fue a decir a Chiapas López Obrador en una de sus recientes visitas? Que como ya se está acabando el sexenio, su gobierno está lejos de pasar como lo soñaba en su recamara de Palacio Nacional: ser el cuarto transformador de la historia de México.

De esto hay claras y contundentes pruebas y solo es cuestión de reflexionar todo lo que se está documentando en las páginas de los periódicos que tanto aborrece el mandatario.

Un botón de este escenario se publicó hace algunas semanas en

El Universal, con documentada noticia de que aumentan asesinatos de militares con AMLO, y que suman 222 casos de julio de 2019 a abril pasado, además de que cada vez más expertos coinciden en que los “abrazos, no balazos”, no protegen ni a los agentes.

Y otro botón lo publicó ese mismo día sábado el periódico El Heraldo de México a ocho columnas, que ya habían renunciaron 980 candidatos por violencia, a dos semanas de las elecciones, entre ellos aspirantes de todos los partidos políticos en los estados de Guerrero, Zacatecas, Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Estado de México, algo nunca ocurrido en la historia de México.

Y siguió el botón que difundió también ese día el periódico La Jornada, sobre el enojo de los habitantes de Xochimilco, alcaldía de la Ciudad de México gobernada por Morena desde hace muchos años, porque se secan tramos del canal y ramales y que en la zona chinampera de San Gregorio Atlapulco ya se han perdido cultivos, desastres del que productores responsabilizan a Sacmex, por cierto dependencia insignia de la enorme corrupción que también le están documentando los medios informativos con los que se subió al ring desde que se encaramó en el poder.

Y que conste, solo nos referimos aquí a lo que se publicó en un solo día, incluidos los dos periódicos adoradores del lopezobradorismo, como lo son La Jornada y El Heraldo, y que se suma a todo lo que se le ha documentado a lo largo de poco más de cinco años, y lo que falta a dos meses y medio de que abandone el sillón.

Que quede para la reflexión, porque ganaron las elecciones, pero el día del juicio verdadero llegará más pronto de lo que se imaginan, por todo lo que se está sembrando con la mal llamada cuarta transformación.

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