“Tuve mis gargantas profundas”

A unos días de terminar su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que tuvo “gargantas profundas”, (espías al más puro estilo gringo dentro del PRI y los Pinos), que le ayudaron a ganar las elecciones en el 2018 y encumbrarse hasta los niveles que llegó con el partido de su creación, Morena, con lo que se confirma que el morenismo es mayoritariamente operado por ese priísmo y no por los izquierdistas de antaño.

Como se sabe, la historia registra que el 8 de agosto de 1974 el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, fue destituido por el Congreso de su país por las revelaciones de un político que se hizo llamar “garganta profunda”, para dar información privilegiada a dos periodistas, con la condición de que la difundieran con la misma veracidad y así, con el escándalo mundial que buscaba el espía, concluyó lo que se llamaría “watergate”.

Aquí la reveladora reseña de López Obrador en su mañanera del jueves pasado.

”Cuando la elección de nosotros, hace seis años, el 18, primero, el PRI postula a Meade y el PAN a Anaya. Sí, es el PAN en alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano y Meade con el Verde, PRI-Verde Ecologista. Entonces, van dos.

Entonces, los que se sentían los dueños de México, Claudio X. González, los mismos, se preocupan porque la candidatura de nosotros empieza a crecer en simpatías, y estamos arriba y se desesperan, porque primero pensaban que ya no representábamos nada, se desesperan y van a ver al presidente Peña todo este grupo, los mismos, a decirle que era muy peligroso que yo llegara y que les ayudara el presidente a convencer a Meade para que declinara en favor de Anaya. Y el presidente Peña les dice: ‘No’. Pues cómo les va a decir que sí, si él había impulsado por recomendación de Videgaray a Meade.

Además, lo van a ver luego de que lo habían insultado, este grupo, porque además son muy malagradecidos, les dio todo el presidente Peña y lo traicionaron. Me refiero a los de arriba; el pueblo no traiciona, pero los de arriba sí.

Lo convirtieron al presidente Peña al final en el payaso de las cachetadas, con sus medios de información, Reforma y todo, el periódico Reforma y todos los medios; después que lo habían encumbrado, les hizo las reformas estructurales y al final lo socavaron, lo ningunearon. Vean ustedes a estas alturas cómo estaba el presidente Peña en aceptación, alguna encuesta lo bajó hasta el 30 por ciento de aceptación, después de que les dio todo.

Y luego, con la arrogancia, ¿no?, de decir: ‘Quite a Meade, deje a Anaya’, porque Anaya es del partido en aquel entonces más conservador, ahora ya todo se volvió lo mismo ya. Y les dice: ‘No’.

Incluso traen expositores, se reúnen allá en Punta Mita, Nayarit, y traen a un empresario venezolano.

No sé si concesionario de la Coca, la Pepsi, productor de caña, famoso. Molina, creo que se apellida, para que viniera a explicarles cómo la república, hermana República de Venezuela iba a influir y nosotros nos íbamos a volver igual y las similitudes entre el finado Chávez y yo, o sea, que les explicara todo eso para reafirmarse en contra de nosotros.

Y viene este señor, sensato, que no lo conozco, pero una de mis gargantas profundas me dice que expone y dice: ‘Pues son procesos distintos, son cosas diferentes’. Y se enoja Claudio X. González papá: ‘Usted no saben nada’. Pobre hombre, salió vapuleado. Estaba en la casa del dueño de los cines, que formaba parte de ese grupo, forma parte, de los Ramírez. Allá hay también un hotel famoso de Senderos, Punta Mita, ahí fue el conclave en contra mía.

Y luego, van otra vez a ver a Peña ya cuando… Porque ya tenían a Fox, tenían a todos alineados en contra, y la campaña en medios a todo lo que daba. Lo mismo, Krauze, había algo que le llamaban ‘Operación Berlín’; tapizaron toda mi colonia ahí, en Tlalpan, de pasquines; crearon algo que le llamaban Pejeleaks.

Ah, pero miren cómo tenían al presidente Peña. Y luego, van y le dicen: ‘Que se quede Meade, nosotros nos encargamos de bajar a Ricardo Anaya’. Y tampoco aceptó el presidente Peña, tampoco aceptó. Luego, le fueron a proponer a Carlos Slim, y les dijo que no, que él no se metía en eso, que él era hombre de negocios. Pero, luego, le propusieron al comediante Derbez, en la desesperación.

Bueno, al final no se pusieron de acuerdo. Pero no sólo eso, sino que, malaconsejado por sus asesores, Anaya, dice en un debate —tenía yo aquí junto a mí, teníamos apagados los micrófonos, pero estaba hablando Anaya— y dice: ‘Si yo gano, voy a meter a la cárcel a Peña Nieto’. Y nada más escuché, a Meade que le dijo, ¿no?, nada más que no se escuchó porque sólo estaba prendido el micrófono de Anaya, dice: ‘Al que hay que meter a la cárcel es a ti por corrupto’. Ya le contestó muy fuerte. Yo me quedé callado. Pero, sí, al final ya del debate felicité a Meade por tener pues lealtad a quien le había ayudado o con quien había trabajado, ¿no?, lo felicité, le digo: Te felicito.

Y luego, eso de que lo iba a meter a la cárcel lo convirtieron en campaña, en spots de radio, de televisión. Y de ahí vino una acusación en contra de Anaya porque antes de ese pleito le habían dado apoyos, Videgaray le había dado apoyo.

Pero, ¿por qué les cuento todo esto? Bueno, porque yo tengo que reconocer que el presidente Peña no se metió en el proceso electoral”,

12/09/2024

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