Por Arturo Estrada Rosales

Como parte de las actividades académicas en torno a la exposición “Apoderarse de todos los muros”; Anteproyectos de José Clemente Orozco, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y el Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA), llevaron a cabo la plática con la investigadora Dafne Cruz Ponchini, quien habló acerca de la creación artística de Orozco durante su estancia en Estados Unidos.

En el área de murales del Palacio de Bellas Artes, teniendo como telón de fondo Katharsis, mural pintado por José Clemente Orozco, justo después de su estancia en Estados Unidos, Cruz Ponchini, quien es miembro del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, maestra y doctora en historia del arte por la UNAM, recordó que uno de los episodios más importantes del arte mexicano es el paso de los artistas por los centros artísticos cosmopolitas.

En la conferencia denominada “En busca de un muro”; José Clemente Orozco en Nueva York, 1928-1934, la especialista señaló que pintores como Diego Rivera, Roberto Montenegro, David Alfaro Siqueiros y Jorge Enciso, entre otros, viajaron a Europa en las primeras décadas del siglo XX para completar su formación y estar en contacto estrecho con las manifestaciones artísticas de vanguardia. Sin embargo, José Clemente Orozco obvió este viaje de iniciación a Europa, el cual realizó a la edad de 49 años aproximadamente.

“Al igual que algunos de sus contemporáneos, la fascinación de Orozco por Estados Unidos y su halo de modernidad son un elemento que marcó de manera importante su producción e imaginario. En estas estancias fast track el artista buscó el reconocimiento y éxito antes de regresar como hijo pródigo a pintar en 1934 Katharsis”, comentó Dafne Cruz.

La investigadora hizo referencia a los temas que impactaron al pintor jalisciense durante su vida en Estados Unidos, de diciembre de 1927 a 1934, y después de sus visitas de 1940 a 1945.

“Es mucho menos conocida la estancia de Orozco en San Francisco, donde sobrevivió haciendo retoques de carteles cinematográficos, donde se presume le fueron destruidos algunos  que hizo sobre prostibularios”, puntualizó.

Como apoyo visual a esta charla se presentaron dos fragmentos de la película del cineasta Julio Bracho titulada “En busca de un muro”, protagonizada por Ignacio López Tarso, la cual recrea la permanencia de Orozco en Nueva York, donde empezó a contar con espacios de trabajo, gracias al apoyo de Alma Reed, galerista y promotora.

“También es posible seguir en parte la inspiración que Orozco tomó de Nueva York, gracias a la correspondencia que mantuvo con su amigo Jean Charlot y con Margarita Valladares, su esposa, lo que también se suma al relato autobiográfico de Orozco”, finalizó.

En la muestra “Apoderarse de todos los muros”; Anteproyectos de José Clemente Orozco, se puede apreciar la evolución y el cuidado con el que el virtuoso artista trabajaba en cada aspecto técnico y conceptual de sus murales. El Museo del Palacio de Bellas Artes está abierto al público de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas.

Breve biografía del artista

José Clemente Orozco, nació en Jalisco el 13 de noviembre de 1883 y pasó parte de su infancia en la ciudad de Guadalajara y luego en la Ciudad de México, donde conoció la obra de José Guadalupe Posada.

Su primera experiencia formativa en pintura la tuvo en la Academia de Bellas Arte de San Carlos, donde recibió clases nocturnas por algún tiempo.

En 1987 su familia lo inscribió en la Escuela Nacional de Agricultura de San Jacinto, donde se graduó de Ingeniero Agrónomo. En este periodo, antes de graduarse, se ganaba la vida levantando mapas topográficos.

En 1904, Orozco perdió su mano izquierda en un accidente con pólvora.

Entre 1907 y1914, inició formalmente su formación artística en la Academia de San Carlos. Allí recibió clases del español Antonio Fabrés, después conoció al Dr. Atl (Gerardo Murillo), quien lo orientó hacia la indagación de la identidad mexicana.

A partir de 1911 se ganó la vida como caricaturista en las publicaciones El Hijo del Ahuizote, El Imparcial y la Vanguardia; en 1913 llegó a ser director de la publicación La Malora. En 1916 llevó a cabo su primera exposición bajo el título “La casa de las lágrimas” que tuvo lugar en la librería Biblos del D.F. mexicano.

En 1922, se unió a David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, y otros nombres destacados para dar forma al muralismo mexicano. El muralismo fue un movimiento que perseguía retornar el arte a la dimensión de lo público y servir al nacionalismo y la causa popular.

En 1928 José Clemente Orozco se fue a Nueva York, Estados Unidos, donde realizó la exposición “Dibujos de la revolución”, tras esto, en 1930 realizó una obra mural en el Pomona College de California y, un año más tarde, ejecutó otra en New School for Social Research de Nueva York. Viajo también por Europa, donde estudió a los grandes maestros del barroco y conoció a los artistas de vanguardia.

En 1934 regresó a México y se comprometió con la defensa de los valores revolucionarios, convirtiéndose en un artista muy valorado.

En 1941 se dedicó a la pintura de caballete, aunque no dejó de emprender proyectos murales.

En 1945 participó como miembro fundador del Colegio Nacional. En 1946 integro la comisión de Pintura Mural del Instituto Nacional de Bellas Artes junto con sus pares Siqueiros y Rivera. Ese mismo año recibió el Premio Nacional de Bellas Artes de México.

José Clemente Orozco falleció en la Ciudad de México el 7 de septiembre de 1949 a consecuencia de un paro cardiaco. Sus restos se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres.