Por Arturo Estrada Rosales

Graciela Iturbide, nacida en la Ciudad de México en el año de 1942, es, sin dudarlo, una de las artistas vivas más reconocidas tanto a nivel nacional como internacional. Su obra ha sido premiada, y su figura es sinónimo de trayectoria y calidad.

El próximo jueves 19 de mayo a las 17:00 horas, la casa Morton subastará un ejemplar del fotolibro que consagró el trabajo de Graciela Iturbide y la posicionó a la categoría de artista de la lente. El ejemplar sobre Avándaro, revela distintas escenas del histórico festival, comentado por el cineasta Luis Carrión y cuya existencia rara y escasa lo convierten en un objeto artístico de valor inmensurable.

En el festival de rock más trascendente para la contracultura latinoamericana, Graciela Iturbide dio sus primeros pasos como fotógrafa profesional.

Corría el año de 1970 y pocos meses antes, mientras era alumna de Manuel Álvarez Bravo en el Centro de Estudios Cinematográficos de la UNAM, Graciela Iturbide, se dio cuenta de que, más que el cine le interesaba la fotografía. Se hizo asistente de Manuel Bravo, recorrió distintas partse de México con su maestro y hacia finales de 1971 dejó salir su propio talento.

Entre el 11 y 12 de septiembre de 1971, junto a Luis Carrión y Jorge Fons, Iturbide acudió inesperadamente al Festival de Rock y Ruedas Avándaro en Valle de Bravo, Estado de México, considerado el Woodstock mexicano, la prensa se había empeñado en divulgar que se trataba de un lugar de depravación y degeneración.

Empero, al llegar y presenciar lo que sucedía ahí, con un público entre 100 mil y 150 mil, Graciela se dio cuenta que esa generación engañada y decepcionada, sólo quería la paz.

La entonces estudiante llevaba 15 o 20 rollos, la mayoría en blanco y negro y algunos a color. Graciela se quedó hasta el final y durante el festival logró captar imágenes que daban cuenta de la euforia y los deseos de toda una generación que odiaba la guerra y amaba la tierra.

En el fotolibro Avándaro compilado por Editorial Diógenes se incluyeron 45 fotografías en blanco y negro que marcan el inicio del estilo intimista que se convertiría en el sello personal de la artista y un legado visual del evento. El estilo gráfico del volumen estuvo a cargo de Antonio Serna, colaborador de Vicente Rojo, quien manipuló las imágenes con poderosos contrastes.

El fotolibro, prácticamente inexistente en stands, estará en la subasta de Obra Gráfica y Fotografía Impronta del Trazo Social de Morton. La cita es en Cerro Mayka 115, Lomas de Chapultepec, Alcaldía Miguel Hidalgo, Ciudad de México.