Por Valeria Romero

(dpl news) Los seres humanos hemos pasado toda nuestra historia fascinados por mirar las estrellas y soñando con la idea de viajar a otros cuerpos celestes. Desde el siglo XX, los viajes al espacio se han convertido en un símbolo de prestigio político e ideológico, con los gobiernos de Estados Unidos y Rusia a la cabeza.

Cuando los multimillonarios Jeff Bezos y Richard Branson volaron al borde del espacio el mes pasado, representó el amanecer del “turismo espacial” para muchos que ven estas hazañas como una oportunidad de convertirse en astronautas, un título previamente reservado sólo para científicos y pilotos profesionales altamente capacitados.

Los recientes acontecimientos nos obligan a reflexionar sobre el impacto y posibles verticales que surgirán de esta industria emergente en un futuro.

Pero, lo más importante, es cuestionarnos si estamos presenciando el inicio de una nueva guerra por la “supremacía espacial”, no sólo entre superpotencias, sino por las grandes empresas tecnológicas que, además de aportar innovación, también pagan las cuentas.

Para Ana Cristina Olvera Peláez, periodista, conductora, divulgadora y promotora de ciencia independiente, quien incluso ha colaborado con la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA), este nuevo paradigma de los viajes espaciales tiene dos vertientes principales que detallamos a continuación.

Ana Cristina Olvera Peláez, periodista, conductora, divulgadora y promotora de ciencia independiente.

  1. ¿Privatización o apertura del espacio?

Antes, los gobiernos gestionaban, financiaban y organizaban viajes al espacio. Ahora lo hacen las empresas privadas, en especial las de tecnología. ¿Cómo podemos interpretar este cambio de paradigmas?

En diálogo con DPL News, Ana Cristina explica que, “por un lado, podríamos decir que los viajes espaciales se vuelven más accesibles porque se eliminan restricciones como pertenecer al ejército o pasar por un entrenamiento riguroso de años y tener una carrera en el gobierno de un país para poder viajar.

“Ahora, cualquier empresa que decida emprender y tenga los medios puede alcanzar este hito.

“Pero, por otro lado, los viajes espaciales pasan a formar parte del dominio de las mega empresas y empresarios que actualmente controlan otros rubros en el mundo, como las compras en línea, las telecomunicaciones o los autos eléctricos.

“Esto quiere decir que entran a un rubro que, hasta el momento, es menos regulado y vigilado cuando es gestionado por el sector privado que si lo hiciera el sector público.

“Como ciudadanos comunes, quedamos en segundo plano para poder tener injerencia u opinión sobre estas actividades espaciales y quedan de nueva cuenta a merced de la demanda del mercado.

“Esto equivale a una privatización de los recursos hídricos, por ejemplo, pues el espacio es un recurso que debería ser utilizado en beneficio de toda la especie”, asegura Olvera.

  1. ¿Monopolio o innovación?

Los líderes de empresas tecnológicas como Elon Musk, Richard Branson y Jeff Bezos, son los más interesados en promover los viajes al espacio. De acuerdo con Ana Cristina, esta situación plantea ventajas y desventajas.

“Entre las ventajas está que el desarrollo tecnológico se verá beneficiado por la competencia y la innovación de visionarios. Además, contará con los recursos para ser desarrollada sin que tenga obstáculos, como sucede cuando esta tecnología tiene financiamiento público.

“Es decir, los millonarios tienen derecho a gastar sus capitales en el desarrollo de tecnologías que no atiendan necesariamente a problemas apremiantes en la sociedad y destinarlos al desarrollo de una industria que, aunque ha tenido un gran retorno de inversión a largo plazo, parece frívola ante los ojos de aquellos que no entienden que la inversión en investigación y desarrollo tecnológico puede llevar décadas en generar un retorno cuantificable.

“Entre las desventajas está que, por la gran cantidad de capital que es necesario para desarrollar tecnología que realmente permita los vuelos espaciales, estas empresas tecnológicas contarán con el monopolio y podrán gestionarlos de manera que se vulneren derechos como el de la privatización del espacio o de los cuerpos celestes”.

“Además, hemos escuchado sobre algunas malas prácticas, como las malas condiciones laborales a las que son sometidos trabajadores de Amazon, situación que podría ser extrapolada a esta incipiente industria con alto valor simbólico para la humanidad como lo es el espacio, su exploración y explotación”.

SE ESTIMA QUE LA INDUSTRIA CRECERÁ A UN VALOR DE UN BILLÓN Y MEDIO, TRIPLICÁNDOSE SU VALOR ACTUAL EN TAN SÓLO UNA DÉCADA

  1. ¿Tecnología: negocio o estrategia?

“Los viajes espaciales nacieron como un símbolo de capacidad y poderío de las naciones y de los sistemas capitalista y comunista. Después de que se probó que es posible utilizar al espacio como un recurso, este se convirtió en una estrategia para poder vigilar, localizar y gestionar otros recursos en la Tierra e incluso con capacidades potencialmente armamentistas.

“Por lo que tener presencia en el espacio se ha convertido en una cuestión de importancia estratégica, incluso para gestionar las variables que indican el cambio climático.

“Pero actualmente también se trata de un negocio. La inversión privada en compañías espaciales alcanzó en 2020 casi 9 mil millones de dólares, logrando un nuevo récord.

“Esto, según el reporte de la compañía Space Capital. Y el Bank of America estima que la industria crecerá a un valor de un billón y medio, triplicándose su valor actual en tan sólo una década, debido a que una gran mayoría de la industria se trata de B2B o relaciones comerciales con el gobierno.

“Sin duda, el motor económico en las actividades espaciales es importante. El deseo de demostrar el potencial de la tecnología que han desarrollado también es un elemento clave que está empujando a la industria.

“Sin embargo, podemos preguntarle a los mismos millonarios que están protagonizando estos nuevos hitos espaciales comerciales qué hay detrás de sus esfuerzos.

“En el caso de Elon Musk, ha declarado en varias ocasiones que su motivación es que la humanidad tenga un futuro emocionante y que este sea volvernos una especie multi planetaria”.

SALIR DEL PLANETA NOS PERMITE TENER UNA PERSPECTIVA MUCHO MÁS AMPLIA DE CÓMO HACER, POR EJEMPLO, AGRICULTURA DE PRECISIÓN O PREVENIR LOS DESASTRES CAUSADOS POR LOS EVENTOS CLIMATOLÓGICOS

  1. ¿Los problemas de la Tierra son más importantes que salir al espacio?

“La metáfora que más me gusta utilizar –señala Ana Cristina– es la de una tormenta en un vaso de agua. Los problemas de la Tierra, tales como los eventos climatológicos extremos o la gestión de la agricultura, no se pueden resolver con una visión exclusivamente a nivel terrestre.

“Salir del planeta nos permite tener una perspectiva mucho más amplia de cómo hacer, por ejemplo, agricultura de precisión o prevenir los desastres causados por los eventos climatológicos.

“Por otra parte, la tecnología desarrollada para la exploración espacial, como los sistemas de soporte de vida de los astronautas, nos permiten tener innovaciones que salvan millones de vidas en la actualidad y que no habrían sido desarrolladas de no haber un programa espacial.

“Es decir, nos permite pensar en nuevos problemas que resolver y nos lleva a innovaciones sin precedentes, las cuales nos permiten paliar situaciones en nuestro planeta.

“Una tercera razón es la de entender el universo. Contestar a preguntas tales como la formación del planeta, qué pasa cuando hay un efecto invernadero extremo como en Venus o cuando se pierde la atmósfera como en Marte; escenarios que podrían ser posibles destinos para nuestro planeta.

“Otra razón –también económica– podría ser la de encontrar fuera de la Tierra, como en asteroides, elementos naturales que nos ayuden a surtir las crecientes demandas de una población que no para de crecer”.

SERÁ NECESARIO TENER UNA RED DE CONEXIÓN QUE PERMITA EL INTERCAMBIO DE DATOS E INFORMACIÓN ENTRE LA LUNA Y LA TIERRA

  1. ¿Nuestra tecnología y economía tendrán que salir del planeta Tierra?

El anuncio de Nokia de construir una red 4G en la Luna, y otros eventos como Pizza Hut entregando la primera pizza en el espacio en 2001, nos hace cuestionarnos si los operadores de telecomunicaciones e incluso otras empresas de sectores muy diferentes al de la exploración espacial o la ciencia visualizan cierto potencial en expandir sus negocios fuera del planeta Tierra.

Ana Cristina opina que, “con el avance de los seres humanos a otros cuerpos celestes, tendrá que avanzar toda su tecnología hacia allá.

“Con las propuestas cada vez más serias de tener una presencia continua en la Luna, definitivamente será necesario tener una red de conexión que permita el intercambio de datos e información entre esta y la Tierra, por lo que los operadores de telecomunicaciones tendrán la oportunidad de prestar este servicio.

“Si bien la oferta de productos y servicios en el espacio no será muy rentable al principio, las empresas podrían aprovechar este cambio como una oportunidad para innovar en su negocio”, aclaró la periodista.

Y añadió: “Algunos ya lo están haciendo, por ejemplo, la empresa Made in Space, la cual encontró que fabricar fibra óptica en el espacio resulta en material de mucha más alta calidad, gracias a la ausencia de gravedad.

“Se trata de una competencia. el espacio siempre ha sido un terreno de hitos y grandes conquistas.

“La competencia que una vez lideraron un par de gobiernos ahora se lleva al terreno de las empresas. Al ser un terreno prácticamente virgen en cuanto a lo que podemos lograr y descubrir allá afuera, se ha cargado como un símbolo de un lugar en donde podemos llevar las capacidades de los seres humanos y de su tecnología a nuevas fronteras.

“Y la pregunta final es: ¿hasta dónde podemos llegar?, ¿qué más podemos hacer fuera de este planeta?”.