*Inseguridad se abate al atender causas de desigualdad y pobreza
La inseguridad es un problema estructural que yace en la desigualdad, pobreza y abandono que instauraron administraciones anteriores y se abate al atender las causas que generan pobreza.
Destacamos la importancia de la política de abrazos, no balazos de la Cuarta Transformación, consistente en abatir desigualdades, que son la causa primaria del daño al tejido social.
Convirtieron a México en una fábrica de pobres, convirtieron a nuestro país en una fábrica de frustraciones donde la mayoría de la gente no veía una esperanza. Hoy, el horizonte para los mexicanos es mucho más prometedor.
A pesar del reto que implica, confiamos en que pronto el panorama continúe mejorando para el pueblo de México.
Yo estoy seguro que en el corto plazo y en el mediano el mejoramiento en los ingresos, el consumo, las condiciones de vida y la reducción de la brecha de desigualdad van a permitir también que las causas que generan la inseguridad vayan resolviendo este problema.
Para lograrlo, es necesario profundizar en los mecanismos de coordinación entre los tres órdenes de Gobierno y no dejar todo en manos de la Federación.
El discurso de dejar todo al Gobierno Federal, todo a la Guardia Nacional, ha sido un pretexto por parte de autoridades municipales y de autoridades estatales.
Celebramos el crecimiento económico del país y que los mecanismos de evaluación de los organismos que miden distintos indicadores en varios países del mundo, sitúan a México en posiciones positivas.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) coloca a nuestro país entre las principales economías en el mundo con crecimiento más estable.
Por otro lado, las calificadoras lo ubican con un pronóstico por encima de la expectativa de los criterios en política económica.
Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial posicionan a México entre las 12 economías más potentes del mundo.
Los niveles de consumo se incrementaron en 30 millones, la redistribución del ingreso, a través de los programas sociales, ha permitido que se abatan las desigualdades, que se reduzca el número de pobres. Esa es la política de abrazos.