Vaya que el presidente Andrés Manuel López Obrador se enojó cuando le preguntaron sobre la intención del INE que le exigirá suspender la transmisión íntegra de sus mañaneras…
Fue notorio que el inquilino de Palacio Nacional se sacudió con el tema y con una inicial sonrisa a flor de labio comenzó a responder… Luego expulsó su acostumbrado tono retador y paulatinamente afloró su enojo con rostro endurecido para terminar lanzando graves acusaciones al titular del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello… Entre otras cosas, el presidente de México mandó decir a la autoridad electoral que no lo intimidan sus advertencias, sin darse cuenta que lo único que se pretende es que cumpla con los postulados que tanto cacarea en sus mañaneras, como esa de que es respetuoso de la democracia y la Constitución... Pero entre el pueblo pensante llamó la atención la siguiente frase que escupió don Andrés en esa misma mañanera del martes pasado: “Que no se transmitan estas conferencias. O sea, es que, como ya está de moda a nivel mundial la censura, ya nos quieren silenciar”… Con esto quedó más que evidente que el mandatario azteca se equiparó con el ya casi ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, profundamente odiado por casi todos los mexicanos, y a quien recientemente los propietarios de las redes sociales como Facebook y Twitter lo mandaron a freír chongos bélicos, al cancelar sus cuentas en Internet por escribir textos que convocaban al odio y a la división entre su pueblo… ¿Alguna coincidencia?... Que quede para la reflexión, porque todo parece indicar que, así las cosas a cinco meses y medio de las elecciones más nutridas que tendrá México, irremediablemente se avecinan peligrosos tiempos de confrontación política…