“Nosotros nunca vamos a reprimir a nadie, porque no somos iguales, no somos lo mismo y cuando lo dicen eso si calienta”…
Palabras textuales que no se cansa de expresar el presidente Andrés Manuel López Obrador, para justificar su negativa a ordenar enfrentar a los anarquistas que recientemente atacaron la puerta Mariana de Palacio Nacional… ¡Ah!, pero cuando el martes pasado el grupo de más de una centena de presidentes municipales panistas, apoyados por el líder de los diputados federales Romero Hicks, intentaron penetrar al patio del recinto presidencial, desde la oficina de López Obrador salió la orden de lanzar gas lacrimógeno para evitar que los adversarios lograran llegar a su objetivo… Y si a esto se suma la confesión del propio mandatario, en el sentido de que realmente no estuvo enterado en tiempo y forma de lo que ocurría en Culiacán, Sinaloa, episodio más delicado en lo que va de este “novedoso” sexenio, pues más se les complica a los “transformadores”… Así las cosas, una vez más este oso Sinforoso pregunta, ¿no son pruebas inapelables de que sí son lo mismo?... Y a lo mejor peor porque falta mucho por acontecer que aquí seguiremos demostrando para exhibir a esta especie…