El domingo pasado el periódico Reforma publicó una información documentada en la que exhibe al contribuyente Alejandro Gómez Casso como posible autor de un delito grave que podría tender como destino la cárcel…
Pero esto no tuviera la mayor importancia, de no ser porque este ciudadano mexicano es hijo del actual senador Napoleón Gómez Urrutia, además líder de un sindicato de mineros y que ahora pretende aglutinar a todo el sector laboral del país y convertirse en el próximo “Fidel Velázquez”… De acuerdo con lo que publicó el Reforma, Gómez Casso utilizó a otra persona que falsificó documentos hacendarios para manejar millonarios recursos, cuando en esa fecha de movimientos fiscales él se encontraba en Canadá, huyendo de la justicia mexicana por hechos ya conocidos y famosos… De haber alguna investigación de oficio, como debería ser para un sujeto común, sin influencias que lo bañen de impunidad, y si se comprueba lo que difundió el importante periódico, las cosas para el polémico senador, adorador del presidente Andrés Manuel López Obrador, se podrían poner nuevamente en los escenarios de escándalo a los que ya debe estar acostumbrado, aunque ahora goza de fuero y poder con que podría proteger a su vástago… ¿Interesante, no?...