Muy comentada ha sido en diversos sectores de la sociedad esa propuesta que llevó el presidente Andrés Manuel López Obrador al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y que se resume en dos palabras: fraternidad y bienestar…
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, lo explicó así el miércoles en la mañanera: “El presidente de la República lo puso sobre la mesa, es la voz de México en todo el mundo, fraternidad y bienestar, porque ese debe ser el objetivo primordial de la organización principal que nos hemos dado de cooperación internacional, la Organización de las Naciones Unidas”…
Pero es de elemental necesidad reflexionar que si en México no ha funcionado aquello de abrazos, no balazos, que también quiso implantar como norma social don Andrés casi desde el inicio de su sexenio, cómo imaginar que Estados Unidos y Rusia se metan al costal de fraternidad y bienestar mundial…
Cómo meter a ese mismo mundo de concordia y bendición al recién reelecto por quinta ocasión presidente de Nicaragua Daniel Ortega o cómo lograr que las dos coreas se hermanen en un sistema social de igualdad política, económica y religiosa…
Esto solo por referir algunos ejemplos, pues de todos es sabido que los intereses de las naciones son irreconciliables y ahí están las migraciones que ocurren en todo el mundo…
Así las cosas, lo dicho por el inquilino de Palacio Nacional en la ONU solo será para el anecdotario…
¿Alguien lo duda?...