El chiapaneco morenista Oscar Eduardo Ramírez Aguilar termina su periodo de presidente de la mesa directiva del Senado de la República el próximo 31 de agosto y será, según el recuento de nuestro sabueso informativo mayor, el más oscuro de los últimos 30 años…
¿Y por qué esta mediocridad?, se preguntan por los fríos pasillos de ese órgano parlamentario, y la respuesta está en el ambicioso protagonismo del líder de la bancada morenista Ricardo Monreal Ávila, quien casi nunca, durante el último año legislativo, de agosto a agosto, lo dejó figurar en la posición de los temas de la vida nacional que se trataban en el parlamento…
Es tan claro ese escenario, que en pasillos del propio órgano legislativo los empleados y trabajadores de limpieza y mantenimiento se refieren a Monreal como el “jefe” de todo y de todos, mientras que al presidente senatorial hay hasta quien ni su nombre completo sabe y mucho menos identifica como el manda más en turno…
Pero el escenario de mediocridad con que pasa a la historia don Eduardo es más lacerante cuando se pregunta en la calle por el presidente del Senado de la República, pues nadie lo conoce y sorprende que el pueblo siempre se refiera a Monreal como el jefe, pues no solo sale su fotografía todos los días en el periódico unomasuno, sino que además sale los sábados en un espacio del noticiero televisivo de Milenio…
Así las cosas, ¿cómo no desdibujar publicitariamente a cualquiera en el Senado?...
Que quede para la reflexión…