Muy comentada ha sido la sorprendente justificación que soltó el martes pasado el actual secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, al argumentar que él no tenía la obligación, en su calidad de jefe de gobierno de la Ciudad de México, de revisar si los pernos de la estructura de la línea 12 del Metro estaban bien ensamblados…
Como se sabe, el funcionario de la mal llamada 4-T fue cuestionado sobre el tema durante la mañanera de ese día y no tuvo empacho en responder que dél hizo lo que tenía que hacer durante su gestión y no se podía poner a supervisar los pernos de la construcción de la obra que construyó durante su sexenio…
Pero en los desayunaderos políticos también se comenta con todo tipo de conjeturas lo que dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador para defender a su canciller: “Se quedaron con las ganas los que esperaban que Claudia Sheinbaum enjuiciara a Marcelo por ese tema”, fueron sus palabras textuales…
El asunto, pues, está a la vista del pueblo, quien, en su calidad de sabio y mucha pieza, está llenado el morral de lo que realmente es el morenismo y sus protagonistas conspicuos…
Usted, grilloso lector, ¿es parte de ese pueblo?
Que quede para la reflexión…