El principal objetivo del Acuerdo de París, que se alcanzó en 2015, fue reforzar la respuesta internacional ante el cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo por debajo de los 2 °C, con respecto a la era preindustrial, y en la medida de lo posible limitar el incremento de la temperatura a 1.5 °C, lo que requiere cambios sin precedentes, así como transiciones rápidas y de gran alcance durante los próximos 12 años, explicó la doctora María Amparo Martínez Arroyo, directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INEEC).

Actualmente, el calentamiento global de origen antropogénico está aumentando 0.2 °C por década debido a las emisiones pasadas y presentes, en caso de que esta tendencia continúe alcanzará el 1.5°C entre 2030 y 2052.

“El Reporte Especial Calentamiento global de 1.5 °C” publicado en el 2018 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), señala que para 2100 se prevé que el aumento del nivel medio del mar será de alrededor de 0.1 metros más bajo con un calentamiento global de 1.5 °C en comparación con uno de 2 °C.

De acuerdo con este documento, el nivel del mar continuará incrementándose después del año 2100, pero que la magnitud y la tasa de este incremento dependerán de las emisiones futuras de gases de efecto invernadero. Además, se pronostica que los riesgos relacionados con el clima para la salud, la seguridad alimentaria, el suministro de agua, la seguridad humana y el crecimiento económico aumenten con el calentamiento global de 1.5 °C, y que lo hagan aún más si llega a 2 °C.

Señaló que ya están claros cuales son los efectos de las actividades humanas en el equilibrio del planeta y la velocidad a la que están ocurriendo. Algunos de estos son que los últimos cuatro años fueron los más cálidos desde que se tienen registros y que el cambio climático puede intensificar los fenómenos meteorológicos como lluvias torrenciales, sequías extremas, olas de frío y/o calor.

Para el caso de México, entre los impactos del cambio climático que se han documentado están el aumento del nivel medio del mar; las zonas que podrían ser más afectadas son las llanuras costeras del Golfo de México, del Pacífico y de la Península de Yucatán (Sexta Comunicación Nacional de Cambio Climático, INECC, 2018); y el aumento de incendios forestales, en lo que va del año se han registrado 7 mil 282 en el país, afectando una superficie de 599 mil 152 hectáreas (Comisión Nacional Forestal, 2019).

“El Reporte Especial Calentamiento global de 1.5 °C” hace énfasis en la importancia de que la tecnología y los modos de producción cambien, y así logremos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, dijo la investigadora.

Agregó que con la adopción, por parte de los líderes mundiales el 25 de septiembre de 2015, de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tenemos una gran oportunidad para enfrentar el cambio climático, cambiar el modelo de desarrollo y con ello reducir la desigualdad, la pobreza y terminar con el hambre. “Los países deben trabajar en políticas públicas que puedan vincular los ODS con las metas internacionales de reducción de emisiones y de adaptación”.

La doctora en Ecología por la Universidad de Barcelona, España, también se refirió al “Reporte Especial Cambio Climático y Tierra”, publicado en agosto de este año, que es el segundo de una serie de informes especiales que se elaborarán en el sexto ciclo de evaluación del IPCC y que aborda los temas: desertificación, degradación de la tierra, gestión sostenible de la tierra, seguridad alimentaria y flujos de gases de efecto invernadero en los ecosistemas terrestres.

“Entre los años 1880 y 2012 la temperatura media mundial aumentó 0.85 °C, con respecto a la temperatura preindustrial, pero la tierra se ha calentado más que los mares, y este informe indica que tenemos que cambiar el manejo que hacemos de la tierra, la forma de producir alimentos y optar por la recuperación de los ecosistemas, que además de traer bienestar a la población permitiría capturar más gases de efecto invernadero y evitar que se vayan a la atmósfera”.

Durante el taller para medios sobre el tema “México ante la emergencia climática”, Amparo Martínez destacó que actualmente contamos con mayor conocimiento científico, capacidades y desarrollo tecnológico, así como un mejor entendimiento de los procesos regionales y locales.

“Por lo que tenemos que establecer acciones frente al cambio climático que impliquen el bienestar común y que contemplen la transformación urgente hacia un modelo de desarrollo sustentable y bajo en carbono”.

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