Desde su primera participación en 1999, México ha conseguido en este certamen una medalla de oro, cuatro de plata, 22 de bronce y dos menciones honoríficas.
Regresa con plata el equipo mexicano que participó en la 30ª Olimpiada Internacional de Biología (IBO, por sus siglas en inglés), del 14 al 21 de julio en la ciudad de Zseged, Hungría. Los cuatro estudiantes provenientes de Jalisco, el Estado de México, Michoacán y Yucatán, compitieron en este certamen con jóvenes de 74 países.
La presea de plata que el michoacano Gerardo Cendejas Mendoza consiguió para nuestro país, “requirió de muchas horas de estudio, de sacrificios, de entrenamientos, de muchas ganas por participar en una competencia internacional y es necesario enfocarse, tener disciplina y compromiso”, dijo en entrevista con la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Dijo que participar en la IBO 2019 significó un cúmulo de emociones, a todo el equipo nos amplió mucho el panorama el convivir con otros jóvenes de diferentes culturas e idiomas, pero con el mismo interés por la biología. Fue una competencia difícil y por eso regresamos muy contentos con el resultado, una medalla plata.
El joven de 18 años de edad compartió que gracias a la Olimpiada Nacional de Biología (ONB), que coordina y organiza la AMC, logró ser parte del equipo mexicano que participó en la competencia internacional y “ahora tengo claro que quiero ser investigador, voy a estudiar la carrera de biología en la Universidad Michoacana.
A mí la Olimpiada me ayudó a enfocar mi visión y a darme cuenta de que hay cosas más allá y que se pueden desarrollar muchas investigaciones en el área de biología para desarrollar más conocimiento que pueda ser de utilidad a la sociedad. En mí la olimpiada cumplió su propósito, hacer que los jóvenes se interesen por carreras científicas, que es algo que le hace falta mucho a este país”.
Cendejas Mendoza agregó que durante su preparación le gustó aprender sobre bioinformática y la forma en cómo se conectan las nuevas tecnologías, las matemáticas y la biología para resolver problemas o sacar conclusiones de experimentos biológicos. “Esto me enseñó que la biología usa muchas otras ciencias para desarrollarse y desarrollar nuevo conocimiento científico”.
La competencia
De acuerdo con Cristina Revilla Monsalve, investigadora de la Unidad de Investigación en Enfermedades Metabólicas del IMSS, integrante de la AMC y coordinadora de la ONB, “este resultado es muy bueno considerando el nivel de complejidad de los exámenes en los que participaron 285 estudiantes de 75 países.”
Este año, por ejemplo, el país organizador incluyó en uno de los exámenes el que los alumnos realizaran la conexión de una pila galvánica y por primera vez en los exámenes, los estudiantes tuvieron que hacer numerosos procedimientos matemáticos. Agregó que los exámenes exigen de los jóvenes conocimientos, pero también la capacidad de razonar, pues tienen que ser capaces de resolver problemas biológicos que se les plantean.
Es importante mencionar, sostuvo, que año con año el grado de dificultad de los exámenes tanto teóricos como prácticos se ha incrementado notablemente y demandan cada vez más habilidades en el trabajo de laboratorio, por lo que la medalla obtenida por Gerardo Cendejas es merecedora de un gran reconocimiento.
En laboratorio también hubo pruebas difíciles, dijo Cendejas Mendoza, “en el laboratorio sobre plantas y animales tuvimos varios retos, en el de plantas nos proporcionaron un par de especies y teníamos que identificarlas taxonómicamente con una prueba dicotómica, ver qué características tenía la planta y con una serie de pasos llegar a la especie que era”.
En la parte animal, a los jóvenes se les proporcionaron dos piezas de pollo, la primera era un pescuezo que había que diseccionar, aislar una vértebra, limpiarla y analizar sus características morfológicas y anatómicas; para ello era necesario no romper ninguna de sus partes. También fue necesario diseccionar un nervio de ocho centímetros de un ala de pollo, que se ubicaba entre dos músculos.
En laboratorio también realizaron medición de glucosa a distintas concentraciones. En una práctica que se llamaba cromatografía en capa fina, tuvieron que ver cuál era el azúcar principal que estaba presente en la miel de abeja proporcionada para el examen.
En este certamen internacional también participaron el jalisciense Christian Fernando Coronado González, el mexiquense Erick Legorreta Anguiano y la yucateca María del Carmen Uch Alejos, quienes al igual que Cendejas Mendoza fueron seleccionados para la etapa internacional luego que, en noviembre pasado, en el estado de Sonora, junto a otros once jóvenes, se hicieran acreedores a las medallas de oro de la XXVIII Olimpiada Nacional de Biología.
Por último, Revilla Monsalve destacó que la AMC juega un papel muy importante en el país a través de sus programas, en especial la ONB, que contribuye a promover en los jóvenes el interés por la investigación, y a que los estudiantes se den cuenta de su talento y se visualicen con un futuro prometedor que ya ha quedado ampliamente demostrado con los exolímpicos.