Soluciones a problemas como el sargazo, la creación rápida de vacunas, la calidad del agua o la pérdida de biodiversidad requieren de la ciencia básica, sin distingo de si la propuesta viene de las matemáticas o la física de las partículas; de cualquier área del conocimiento se pueden generar ideas que ayuden al desarrollo de las naciones, aseguró el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee Alardín.

En ese sentido, consideró que la Universidad Nacional y las instituciones de educación superior dedicadas a la generación del saber, serán protagonistas en 2022, debido que la Organización de las Naciones Unidas lo proclamó como el “Año Internacional de la Ciencia Básica para el Desarrollo Sostenible”.

Me parece una declaración de la mayor relevancia. Es importante ir poniendo sobre la mesa este tema, en un momento donde falta mayor impulso a la ciencia en varios países. Acaba de pasar la COP26, varios tienen en la cabeza el cambio climático, pero las soluciones que se requieren dependen de todo esto y es necesario poner el foco, empezar desde abajo para encontrar las soluciones, destacó el también investigador.

Lee Alardín recordó que en la UNAM se trabaja intensamente desde hace tiempo en el desarrollo de conocimiento de problemas, como los planteados en los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) 2030, por lo que esta casa de estudios ha generado soluciones y puesto a disposición de la sociedad herramientas en favor de la salud y el bienestar.

Lo anterior, gracias a su personal altamente calificado y al entusiasmo de los estudiantes. Por ejemplo, en Hidalgo se planea instalar una planta piloto de producción de fármacos; en la Ciudad de México se puso a disposición de las autoridades mexicana herramientas que los ayuden en la toma de decisiones para la atención de la pandemia; se trabaja intensamente a fin de aportar información sobre la creciente resistencia antimicrobiana, además de que se desarrollan modelos matemáticos y estadísticos para mejorar la infraestructura.

En días recientes, se firmó un convenio con el Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia (IRD, por siglas en francés) para trabajar en un observatorio para virus potencialmente peligrosos; así como el manejo sostenible del agua, calidad y recuperación del sueño, iniciativas encaminadas a mejorar la salud de las personas a través de los programas de cambio climático, salud, alimentación sustentable, suelos y el programa espacial.

“Responder preguntas desde un punto de vista global es importante para proponer las soluciones, y solo se puede hacer si tenemos investigación básica en todos los niveles del sistema y sobre líneas base temporales muy largas”, enfatizó Lee Alardín.

En este caso está la crisis del sargazo, destacó, en la Península de Yucatán que no es un problema nuevo, pero requiere de monitoreo los 365 días del año porque se quiere saber por qué llega, cómo mitigarlo, cómo aprovechar esta biomasa; es necesaria gran cantidad de información y eso solo se logra apoyando de forma constante la ciencia básica.

Conocimiento para todos

El Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible fue impulsado por más de 50 academias y redes de ciencia entre las que destacan la Unión Internacional de Física Aplicada, el Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales (CERN, por sus siglas en francés), el Centro de Física Teórica Abdus Salam de la UNESCO, 28 premios Nobel y ganadores de la medalla Fields; además de diversas naciones de América Latina.

Lee Alardín enfatizó que es importante que se haya relacionado el tema con los ODS, pues son considerados una agenda primordial para las naciones. Se trata de 17 Objetivos considerados metas clave para lograr la sostenibilidad a largo plazo, los cuales implican generar cambios y acciones en beneficio del cuidado del agua, aire limpio, conservación de la biodiversidad, suelos, etcétera.

Para el astrónomo, al dedicar el 2022 a este tema Naciones Unidas le dice al mundo que esto es muy importante, que se debe fomentar, apoyar y formar parte de la agenda de las naciones para las soluciones que requiere el planeta y la población.

“Lo que le toca a la ciencia es generar conocimiento, hacer propuestas de soluciones de política pública, y herramientas. La implementación de todo eso es responsabilidad de quien está en el gobierno en ese momento, que se tomen o no las decisiones está fuera de la comunidad científica, pero lo que sí le toca es generar las propuestas, levantar la mano y decir aquí está”, enfatizó el investigador.

Los beneficios que tenemos hoy en día como equipos que se desplazan con el uso de chips, la generación de vacunas en tiempo récord, mejoras en el acceso a recursos hídricos, comunicaciones e inclusive la cultura, tienen sus cimientos en la investigación básica, especialmente para que las naciones respondan a las necesidades de la sociedad, como quedó claro al surgir la pandemia por la COVID-19.

“En México hace falta muchísima investigación, personal, infraestructura, recursos y estabilidad. Desgraciadamente, históricamente se han tenido muchos vaivenes, subidas y bajadas en el financiamiento y apoyo, que no abonan a que se pueda desarrollar el sector, que la juventud vea una perspectiva de vida en esto y, por lo tanto, se dedique a ello, que se traduzca en un desarrollo que nos sirva a nosotros y no tengamos que depender del exterior”, concluyó Lee Alardín.

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